Antes que todo, incluso antes de que leas la introducción de este artículo voy a firmar una especie de suicidio como comentarista de música parcializándome completamente: soy fan de Chester Bennington. Lo he defendido en innumerables discusiones en círculos de farándula y amigos que se han negado a darle el crédito que merece como cantante.

En la unión está la fuerza, ¿verdad? La verdad es que este refrán no siempre se cumple en la vida real, al menos no %100 en el mundo de la música. Algunos músicos han integrado bandas famosas donde no tenían mucha oportunidad para brillar.

Las culturas del Rock y el Rap parecen tan distantes en esencia que mucha gente considera que sus representaciones musicales nunca deberían mezclarse. Sin embargo, con todo respeto, les decimos a estas personas que históricamente han estado equivocadas, pues la fusión siempre enriquece la música, y en este caso, no siempre ha sido un fracaso.

Pink Floyd fue una de las bandas encargadas de cosechar el sonido del Rock Espacial, gracias a su experimentación con géneros como el Rock Progresivo y el Rock Psicodélico.

La industria musical, con sus aciertos y desaciertos, está en constante movimiento. Un día, algo está de moda y es lo que vende, al otro, la gente siente pena de decir que lo escuchaba.

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