Desde luego que en el plano turístico estas épocas estacan por el furor del esquí, el snowboard y todos los deportes relacionados con la nieve. Las avalanchas de turistas europeos y de todas partes del mundo que visitan el viejo continente en busca de atractivos de color blanco y de gotas gordas de sudor causadas por la adrenalina de los deportes extremos, crecen notablemente, y los alojamientos de toda Europa se ven mermados a causa de la demanda de turistas.

La Fuente de Cibeles se instaló en 1782 en el Salón del Prado de Madrid, junto al Palacio de Buenavista, enfrente a la Fuente de Neptuno. Ésta, que se encuentra en el centro de la plaza de Cibeles, entre el paseo de Recoletos y el Paseo del Prado, ha sido diseñada por Ventura Rodríguez para el Salón del Prado.

El Castillo de Santa Catalina es una de las construcciones que podemos visitar

¿Cómo no pensar en Madrid, París, Milán, Londres, Berlín o Amsterdam si nos referimos a ciudades europeas importantes? Es cierto que a primera vista estas ciudades estandartes de la identidad del viejo continente se aparecen como los destinos más visitados y anhelados por los turistas.

Hoy me dirijo especialmente a los que les gusta acampar, o aquellos que se animan a ir a algún Viaje de Safari, y que siempre piensan en el fiel acompañante por las noches. En aquello que nos permite dormir de una forma 'casi' correcta para seguir al otro día con nuestro viaje ya bien descansados.

Puede que aparezcan personas que me critiquen y digan ¿como es posible? pero me encuentro aquí para dar un consejo bastante útil e interesante. Y es para todos aquellos que cuando se van de vacaciones extrañan sus hogares.