En las Islas Filipinas se vivió una historia difícil para los pobladores de la región. Tribus como por ejemplo los Igorot han venido viéndose diezmados por el avasallamiento colonial tanto español como estadounidense, lo cual ha perjudicado grandemente los tradicionalismos y las manifestaciones y esencia idiosincrática de estos ricos grupos.
Las terrazas de cultivo de arroz de la cordillera filipina
No obstante, un paseo por la cordillera filipina puede hacerle al turista entrar en contacto con un patrimonio propio de lo que ha sido la vida de estas tribus a lo largo de los siglos: las terrazas de cultivo de arroz.
Las fotos las muestran magníficas, y tal vez el apreciarlas en imágenes no haga necesario hacer alguna descripción al respecto. Es que son verdaderamente imponentes, y no por capricho son llamadas “ la octava maravilla del mundo”.
Sin la tecnología ni los avances actuales que hoy todos conocemos, el cultivo de terrazas es una práctica que se desarrolló en varias partes del globo (son mundialmente conocidas las terrazas de cultivo en América). No obstante, en ningún lugar las terrazas no han llegado a tal punto de desarrollo como lo han hecho aquí.
Las terrazas de cultivo de arroz son una verdadera obra de ingeniería impresionante. Con ellas se logra distribuir el agua perfectamente y aprovechar al máximo el espacio disponible, lo cual teniendo en cuenta que se distribuyen a lo largo de 10.360 kilómetros logra especial significación considerando que la producción de arroz se ve multiplicada grandemente.
No es de extrañar que estas terrazas sean uno de los mayores atractivos que las Filipinas ostentan. Sin embargo, el turismo que ha acudido a ellas también ha contribuido a que en muchos casos éstas se vean estropeadas. Es por ello responsabilidad del turista conocerlas con responsabilidad y cuidado, y más que nada teniendo en cuenta que estas terrazas no son un atractivo turístico, sino que una muestra de la identidad de varios pueblos tribales.
Vía | Deputy Dog








