Una de las cosas más ricas que puedes ponerle al pan, tostadas o galletas es la mermelada. ¡Hay tantos sabores para elegir!

Nada más rico que una mermelada casera para acompañar el desayuno o para preparar un rico postre. Uno podría pensar que preparar mermelada casera es muy complicado, yo recuerdo que cuando era chica mi mamá preparaba dulces y pasaba un buen rato en la cocina en los preparativos y también con la cocción. Además había que estar “arriba del dulce” para que no se pegara en el fondo de la olla y se quemara.

Sé que hacer mermelada casera no es para todas; requiere tiempo y paciencia, y en el ritmo frenético de nuestras vidas puede parecer casi un lujo, especialmente cuando tomar un frasco de mermelada del estante del supermercado es tan fácil y económico.

Los desayunos son una de mis comidas favoritas, así que siempre que puedo preparo algo especial para disfrutar en la mañana para comenzar el día con mucha alegría y energía. Las mermeladas nunca pueden faltar, van bien con el pan, galletitas o pancakes, así que una mermelada de fresas es más que bienvenida en mi heladera.

Me encanta desayunar dos o tres tostadas con un poco de mermelada. Pero a quién no, ¿verdad? Es por ello que una clásica y riquísima receta de mermelada de fresa nunca viene mal para comenzar las mañanas con un toque dulce realmente imprescindible.

Añade a tus galletas esta deliciosa mermelada de cebolla, una maravillosa receta complementaria para disfrutar de los mejores postres que puedas imaginar. No dejes pasar esta increíble oportunidad y prepárate para hacer una mermelada de otro mundo.