United We Dream advierte que el escenario tejido en el Congreso en las últimas semanas “es preocupante”, sobre todo por los recientes comentarios hechos por Trump y por el Jefe de Gabinete de la Casa Blanca, John Kelly, respecto a los dreamers (a quienes trató de vagos).

Sostienen que esta práctica cada vez más común tiene efectos nocivos sobre la administración de la justicia y perjudica a acusados, víctimas y familiares.

Durante la votación de la Cámara de Representantes del paquete bipartidista que puso fin al cierre del gobierno, el republicano Paul Ryan dijo que su “compromiso” con los dreamers era “sincero”. La medida salió adelante pese a la oposición de los líderes demócratas, que exigían una promesa para aprobar protecciones para los dreamers.

En el extremo oeste de la frontera entre México y Estados Unidos, donde el cerco de metal que divide a los dos países choca con el mar, activistas e inmigrantes realizaron una manifestación para exigir la aprobación del Dream Act en el Congreso. Los dreamers se congregaron del lado estadounidense de la frontera Tijuana-San Diego para enfatizar en que no quieren ser moneda de cambio en las negociaciones con el presidente Donald Trump, quien pretende condicionar ese alivio migratorio por el dinero para la construcción del muro fronterizo.

Más de 150 jóvenes indocumentados invadieron este jueves los despachos de demócratas y republicanos. Al mismo tiempo, otros grupos manifestaron en Texas, Colorado, Nuevo México y Kansas. Todos decidieron contar sus historias.

El presidente de la Junta Directiva del DISD, Dan Micciche, aseguró que no le abrirán las puertas al Departamento de Inmigración y les pidió a los alumnos amparados por DACA enfocarse en sus estudios. Los padres de familia han manifestado su incertidumbre ante el fin de este programa y a través de una página web el Distrito quiere brindar información para que alumnos, sus familias y trabajadores despejen sus dudas.