Luego de que Black Panther se convirtiera en uno de los éxitos más grandes de Marvel Studios gracias a su entretenida historia, grandiosos efectos especiales y a su increíble antagonista, Erik Killmonger, todos se quedaron con ganas de más Wakanda.

Los Premios Oscar y las películas de superhéroes no se llevan muy bien, a excepción de algunos premios en categorías técnicas —que de todas maneras también son pocos— solo The Dark Knight de Christopher Nolan logró hacerse con una estatuilla importante, gracias al Oscar post mortem otorgado a Heath Ledger por su interpretación del Joker.

La Academia encargada de otorgar los prestigiosos Premios Oscar había anunciado la creación de una nueva categoría, la de «mejor película popular», y desató una gran polémica.

El MCU ha llevado a la pantalla grande a algunos de los superhéroes más inteligentes de la historia del cómic, como Bruce Banner, Peter Parker y el mismísimo Tony Stark.

Luego de ver Infinity War, creo que todos quedamos muy convencidos de que Star Lord fue quien arruinó todo y definitivamente eso tiene mucha lógica. Sin embargo, Thor también también fue un gran culpable, si el dios del trueno hubiera tenido un poco de mejor puntería —y sentido común— Thanos nunca habría podido destruir la mitad del universo.

El 8 de agosto los cinéfilos se sorprendieron con la noticia de los Premios Oscar agregarían una nueva categoría a su ceremonia. La última vez que la Academia creó un nuevo reconocimiento fue en 2001, pero más allá de la inesperada decisión, lo que sacudió al público fue el nombre del nuevo galardón: a la mejor película popular.