Flakka es una droga muy peligrosa, pero no te convierte en zombie

El investigador Joseph Palamar explica por qué no es verdad que el consumo de la droga callejera Flakka puede provocar comportamientos 'caníbales', como se dijo con el joven que atacó este verano a una pareja en Florida.

"Sales de baño", o drogas callejeras sintéticas con anfetaminas.
"Sales de baño", o drogas callejeras sintéticas con anfetaminas.
Imagen Cortesía DEA

Las historias de horribles crímenes resultantes del uso de drogas han sido difundidas por los medios por más de un siglo. Comenzaron con la cocaína en 1914. Luego siguieron las historias de la ' locura de la marihuana' en la década de 1930 y los reportes de los 'asesinatos del LSD' en los años 60. La última droga relacionada con historias de crímenes es una 'sal de baño' llamada Flakka, que algunos medios incluso han bautizado como ' la droga zombie'.

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El apodo no es de gratis: se lo ganó después de provocar un comportamiento extraño y violento en algunas de las personas que la consumieron.

El pasado mes de agosto, Austin Harrouff de 19 años atacó y mató a una pareja residente de Florida en su casa y fue encontrado mordiendo la cara y el abdomen de una de sus víctimas. Los padres del atacante aseguraron que el joven había mostrado un comportamiento extraño en los meses que precedieron al incidente y que posiblemente sufría de esquizofrenia no diagnosticada. Las autoridades, sin embargo, creyeron que Harouff había consumido la popular droga callejera Flakka, cuyo uso se había atribuido previamente a incidentes generalizados de comportamiento extraño y a veces violento.

Pero el 23 de noviembre, las pruebas toxicológicas de Harouff revelaron que no había Flakka en su organismo: este incidente 'caníbal' no involucraba a la droga como se pensó en un principio.

Aún así, Flakka es una nueva y potencialmente peligrosa droga sintética. Es el nombre corriente para alpha-PVP: un sintético muy potente que contiene catinona, que a su vez es un estimulante que produce sensación de euforia. Las catinonas sintéticas son una nueva variedad de fármacos callejeros de tipo anfetamínico, que comúnmente se conocen como "sales de baño".

Flakka es un estimulante potente y barato.
Flakka es un estimulante potente y barato.
Imagen Cortesía DEA

Flakka es un estimulante potente y barato. De hecho, parece ser más fuerte y adictiva que la metanfetamina. Se ha encontrado que el uso de flakka está asociado a paranoias, delirios y alucinaciones (que pueden depender de la frecuencia de su uso). Durante 16 meses (2014-2015), solo en Fort Lauderdale y sus suburbios, 63 personas murieron de intoxicación aguda, accidentes, suicidios y homicidios después de presuntamente consumir la droga.

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Flakka es particularmente infame por haber sido vinculada a comportamientos extraños en Florida y más recientemente en Australia.

'Las sales de baño' como Flakka se convirtieron en poco tiempo en drogas extremadamente estigmatizadas, en respuesta a la cobertura mediática que mostró a quienes las consumían como zombies o caníbales. Como alguien que estudia la epidemiología del uso de drogas, creo que es muy importante separar la verdad del mito cuando se trata de drogas.

Caníbales, zombies y sales de baño

El fenómeno de la etiqueta zombie/caníbal comenzó en Miami el 26 de mayo de 2012, cuando Rudy Eugene –desnudo y supuestamente drogado con 'sales de baño'– mordió y masticó el rostro y uno de los ojos del indigente. El atacante murió a manos de la policía y el hombre sin hogar quedó desfigurado y ciego.

Las pruebas toxicológicas confirmaron más tarde que no había 'sales de baño' en el organismo del atacante. Pero ya era imposible frenar el fenómeno cultural del zombie y el caníbal.

La prevalencia de las 'sales de baño' entre los estudiantes del último año de secundaria se mantuvo relativamente estable en 1% durante los últimos años. Sin embargo, entre 2012 y 2016, la nocividad percibida de las 'sales de baño' casi se duplicó de 33 a 58%. Un resultado probable de la etiqueta zombie/caníbal, pues la percepción de daño suele provocar una disminución en el consumo.

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La creencia de que Flakka o cualquier otra 'sal de baño' puede convertir a alguien en un zombie o un caníbal parece haber sido un elemento de disuasión eficaz contra su uso. Sin embargo, lo que muchos jóvenes no saben es que han estado consumiendo Flakka, otra 'sal de baño' o ambas, sin saberlo, pues están presentes en otros adulterantes comunes, como 'Molly': el nombre callejero más reciente para el éxtasis/MDMA.

El año pasado recogí muestras de cabello de docenas de asistentes a festivales de música y clubes nocturnos en la ciudad de Nueva York para ser examinadas en la búsqueda de nuevas sustancias psicoactivas. Muchos asistentes bromearon diciendo que nunca usarían 'sales de baño', pues "no eran zombies ni caníbales".

Rudy Eugene (izquierda) y el desamparado que fue víctima de su ataque.
Rudy Eugene (izquierda) y el desamparado que fue víctima de su ataque.
Imagen Collage Getty Images

Pero lo que mis colegas y yo encontramos fue que de los usuarios de éxtasis que negaron haber consumido una 'sal de baño' (después de recibir una lista de docenas de compuestos de esta clase), cuatro de 10 resultaron positivos en uno o más de estos compuestos.

De modo que un montón de personas están consumiendo Flakka y/u otras 'sales de baño' sin saberlo o sin intención, pensando que es Molly. (Y no, esta gente no se convirtió en caníbales ni zombies).

Intentemos ver los hechos

Si bien la información basada en falsedades puede ayudar a disuadir a la gente (intencionalmente) de usar drogas potencialmente peligrosas como Flakka, los datos legítimos y veraces son necesarios no solo para disuadir el uso, sino también para evitar que aquellos que rechazan la abstinencia experimenten algún daño.

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A veces, el miedo funciona para disuadir el uso de drogas. Pero debe estar basado en información veraz, sobre todo si se trata de drogas potencialmente dañinas. Si seguimos exagerando los efectos adversos, eso puede jugar en contra de los esfuerzos de prevención de dos maneras.

En primer lugar, los usuarios potenciales –especialmente aquellos experimentados en drogas– pueden ignorar nuestras advertencias. Segundo, la exageración de los efectos peligrosos por lo general conduce a un mayor estigma hacia los que usan o se vuelven dependientes de la droga. Por lo general, eso solo conduce a un mayor ostracismo y una menor probabilidad de buscar tratamiento.

El canibalismo inducido por las drogas parece ser un tema caliente para los medios de comunicación. Algo comprensible porque una gran parte del público está obsesionada con los programas de televisión sobre zombies. Pero debemos asegurarnos de que permanezcamos cautelosos acerca de las noticias que escuchamos y responsables de aquellas que compartimos.

*Joseph Palamar es profesor asistente de Salud Comunitaria en Langone Medical Center de la Universidad de Nueva York (NYU) e investigador afiliado del Centro de Investigación del SIDA y Abuso de Drogas (CDUHR, por sus siglas en inglés).