Un milagro a más de 7,000 metros de altura: salvan a un alpinista que llevaba cuatro días abandonado en el Himalaya

Cerca de la cumbre del Gasherbrum II, montaña de 8,035 metros de altura en la frontera entre Pakistán y China, tres alpinistas salvaron a Valerio Annovazzi, un italiano de 59 años que había quedado varado solo luego de que su expedición emprendiera el descenso.

Tres alpinistas españoles fuerin al rescate de un alpinista italiano varado a más de 7,000 metros de altura.
Tres alpinistas españoles fuerin al rescate de un alpinista italiano varado a más de 7,000 metros de altura.
Imagen Cortesía de WOPEAK / walkonproject.org

Tres españoles buscaban unir las cumbres de dos desafiantes ochomiles en la fontera entre Pakistán y China, pero terminaron volviéndose 'héroes' cuando decidieron jugarse la vida para salvar la de un alpinista italiano que llevaba cuatro días abandonado a 7,000 metros de altura.

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La expedición llamada WOPEAK estaba formada por Alberto Iñurrategi, Juan Vallejo y Mikel Zabalza, y buscaba unir las cumbres del Gasherbrum I (de 8,080 metros) con el Gasherbrum II (8,035 metros), pero el fin de semana último finalizaron sin éxito su hazaña.

Los tres alpinistas se encontraban en el campo base preparando el regreso cuando coincidieron con una expedición comercial que bajaba luego de haber llegado a la cima del Gasherbrum II.

"Iñurrategi, Vallejo y Zabalza se dieron cuenta de que en dicha expedición que estaba arribando al Campo Base tras hacer cima por el camino tradicional del cerro faltaba el montañero italiano Valerio Annovazzi", detalla Jose Pérez Capetillo, de WOPEAK a Univision Noticias .

"Cuando preguntaron por Valerio Annovazzi los miembros de la expedición les dijeron que la última vez que lo vieron el italiano estaba vivo pero con ciertas dificultades en el habla", explican. Se trata de un signo que suele manifestarse por falta de oxígeno.

Valerio Annovazzi, de 59 años, estaba en el Campo 3 a unos 7.100 metros y con pocas posibilidades de salir vivo. Este montañero italiano había salido ya en medios de su país en 2016 por haberse animado a hacer alpinismo luego de haber sufrido dos ataques al corazón en los últimos años. Annovazzi tocó la cima de 8,163 metros del Manaslu, en Nepal, el año pasado.

Los españoles lograron ver la tienda del italiano allí arriba con el teleobjetivo del fotógrafo de la expedición WOPeak, Arkaitz Saiz.

A pesar del cansancio por el complicado descenso tras su intento de alcanzar la cumbre del G-II, los tres españoles decidieron comenzar el ascenso para socorrer al alpinista abandonado a su suerte por su propia expedición. El lunes 24 por la mañana iniciaron la travesía y tras 12 horas de subir, llegaron a la posición de Annovazzi.

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"El italiano estaba deshidratado y tenía síntomas de congelaciones en las extremidades tras haber pasado cuatro días sin poder moverse", dicen desde WOPEAK.

Los españoles le dieron alimentos y bebida y lo bajaron hasta el campo subsiguiente en el descenso, a 6,500 metros de altura, donde pasaron la noche. Dicen que Annovazzi había intentado bajar por sí solo, pero no tenía fuerzas.

El martes desde los 6,500 metros, el italiano logró ponerse de pie y bajó acompañado por los españoles.

“Durante el martes descendieron con Valerio bajando por sus propios medios, turnándonos entre los tres para asegurarlo (con sogas) en corto y muy tensas en todo momento", dicen. Bajaron poco a poco, porque ningún helicóptero con las condiciones climatológicas adversas que están atravesando podría llegar hasta el lugar.

Desde la expedición WOPEAK informan que este miércoles los alpinistas ya están en el camino de regreso, en una zona de trekking (caminata) por lo que, al parecer, lo peor ya habría pasado.

El periódico español El País dice que estos alpinistas creen en valores en los que "todos suben y todos bajan juntos" y en el trabajo en equipo. Algo que parece contrastar con ciertos accionares en la actividad: el abandono de quien no puede avanzar.

La empresa WOPEAK se dedica a un alpinismo alternativo, que busca hacer cumbre por rutas no convencionales. En el Gasherbrum I y II estos esfuerzos se vieron truncados por el mal clima. Pero dicen: “Para nosotros esto (el rescate) es el ejemplo máximo del alpinismo en el que creemos. Estamos felices porque ésta es la mejor de las cimas. La vida es la cumbre más importante. Después del bajonazo de la expedición, estamos tremendamente satisfechos”.

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