Qué es el dióxido de titanio, la "sustancia tóxica" por la que están demandando a los caramelos Skittles

Una demanda puesta en California acusa a Mars, la empresa que fabrica el dulce, de no advertir sobre los riesgos del uso de dióxido de titanio que, no obstante, está permitido en Estados Unidos.

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El uso del dióxido de titanio, un mineral que se usa como colorante artificial en los alimentos desde hace décadas, ha entrado en polémica tras una demanda en California contra la compañía Mars, que fabrica los dulces Skittles, bajo el argumento de que su uso no es seguro para el consumo humano.

El ingrediente es uno de los miles de aditivos legales para el uso en comida en Estados Unidos y se utiliza para añadir color a los dulces. No obstante, la demanda sostiene que la compañía no advierte a los consumidores de los daños potenciales que podrían causar, y su uso ha sido retirado de la receta del caramelo en algunos países europeos, de acuerdo con Los Angeles Times.

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Mars había anunciado en 2016 que dejaría de usar dióxido de titanio en los dulces en los próximos cinco años, según el Centro de Seguridad Alimentaria (Center for Food Safety), pero insistió entonces que no causa daños para los humanos.

En respuesta a la demanda, la compañía insistió que el ingrediente cumple con los estatutos de la Administración de Alimentos y Medicamentos (Food and Drug Administration, FDA). “Si bien no comentamos en procesos legales pendientes, nuestro uso del dióxido de titanio cumple con las regulaciones de a FDA”, indicó a NPR un portavoz de la compañía.

¿Qué es el dióxido de titanio?

El dióxido de titanio es un mineral blanco que se usa en muchos productos de uso cotidiano, como cosméticos, plásticos, pasta de dientes y protector solar. En la comida, se encuentra en chocolates, goma de mascar y otros dulces, y se ha utilizado desde su aprobación en 1966.

La FDA indica que el ingrediente no debe exceder un 1% de la comida y mantiene que se puede utilizar como colorante artificial.

Sin embargo, la Autoridad para la Seguridad Alimentaria en la Unión Europea señaló en mayo de 2021 que no podía considerar que el dióxido de titanio fuera todavía seguro para su consumo humano.

La institución europea señaló que si bien los estudios de toxicidad no han sido concluyentes, no podía establecer con certeza que su uso fuera seguro. La Comisión Europea prohibirá la utilización del ingrediente, también conocido como E171, para fines de 2022.

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