Como cada año, el exclusivo resort Mar-a-Lago, en Palm Beach, Florida, que es propiedad de Donald Trump, ofrecerá una gran fiesta de año nuevo la noche de este sábado 31 de diciembre.
Una fiesta de Año Nuevo de más de 500 dólares en Mar-a-Lago reactiva el debate sobre los conflictos de interés de Trump
La venta de entradas a la celebración de fin de año en el exclusivo resort de Florida despierta suspicacias de muchos que temen que el presidente electo incurra en problemas al manejar sus negocios y la Casa Blanca.


Solo que esta vez la celebración ha despertado suspicacias entre los críticos del magnate por el posible conflicto de intereses que podría implicar la venta de entradas a un evento de largo aliento donde se contará con la compañía del presidente electo de EEUU y su familia.
Según informó en conferencia telefónica el viernes por la mañana el futuro secretario de prensa de la Casa Blanca, Sean Spicer, más de 800 boletos para la celebración que incluye un cocktail de una hora, una cena de gala y un baile con música en vivo se vendieron a miembros del lujoso resort en Palm Beach por 525 dólares y por 575 dólares a sus invitados.
Spicer también informó que entre los asistentes figuran los nombres del actor Silvester Stallone y del productor musical Quincy Jones.
Pero Arnold Robinson, vocero de Quincy Jones, dijo a Variety que el productor celebrará la llegada del año nuevo en Los Ángeles, con su familia, en tanto que el vocero de Stallone confirmó la asistencia del actor a la fiesta en Mar-a-Lago.
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"Sin conflictos"
En declaración al sitio Politico, Hope Hicks, quien será la directora de Comunicación Estratégica de la Casa Blanca, rechazó que existiera un conflicto de interés en la venta de boletos (entendidos como acceso al presidente electo) en este período de transición.
"Este es un evento de celebración anual en el club privado, como otros que han continuado ocurriendo desde la elección. Adicionalmente, el presidente no puede y no tiene un conflicto", afirmó Hope.
El episodio refresca el debate sobre cómo la relevante posición de Donald Trump como hombre de negocios y su vasta red de contactos abren la posibilidad de que éstos se beneficien del gobierno durante su administración.
El magnate todavía no ha especificado cómo evitará que existan conflictos de intereses con sus negocios una vez asuma el poder, pero ha asegurado que dejará sus empresas en manos de sus hijos, pese a que estos lucen muy involucrados en las actividades de la transición.













