El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tiene previsto presentar este lunes su ambicioso plan de infraestructuras, una iniciativa de 1.5 billones de dólares que cumpliría varias promesas electorales. Sin embargo, el proyecto depende en buena parte de que gobiernos estatales y locales aporten mucho del financiamiento.
Trump propone ambicioso plan de infraestructuras sin suficientes fondos federales ni regulaciones
El proyecto por 1.5 billones de dólares depende de que gobiernos locales y estatales aporten el financiamiento, y además sacrifica regulaciones ambientales para dar salida rápida a las obras. "Esto de ninguna manera, modo o forma debe considerarse una propuesta de tómalo o déjalo", dijo un alto funcionario del gobierno.

El plan plantea utilizar 200,000 millones de dólares en fondos federales para estimular 1.5 billones de dólares en mejoras de obras públicas en un plazo de 10 años, como carreteras, autopistas, puertos y aeropuertos.
Quienes lo han diseñado no dudan de que la propuesta enfrentará desde ya importantes obstáculos en el Congreso porque no ofrece tantos fondos federales nuevos, como los demócratas quieren, ni aborda directamente cómo financiar la iniciativa.
El director de Presupuesto de la Casa Blanca, Mick Mulvaney, dijo el domingo que además de los 200,000 millones de dólares que el gobierno busca para su propuesta, quiere 21,000 millones de dólares para infraestructura en un plazo de dos años que forman parte de un acuerdo marco de presupuesto aprobado la semana pasada en el Congreso.
Pero frente a un Senado dividido y a unas elecciones legislativas en noviembre, funcionarios del gobierno reconocieron que la propuesta enfrenta un camino difícil para obtener la aprobación. La líder de los demócratas en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, dijo que el plan de Trump "transfiere la carga a las ciudades y los estados".
La EPA queda por fuera
Mulvaney dijo en un comunicado que el plan "reduce las cargas regulatorias que enfrentamos, acorta y simplifica el proceso de aprobación para los proyectos y elimina las barreras que impiden que los proyectos se desarrollen de manera eficiente", como regulaciones medioambientales.
El plan establece que una sola agencia del gobierno tendrá el "liderazgo" en la evaluación de un proyecto y será la encargada de dar el veredicto definitivo sobre su viabilidad, según indicaron a la prensa altos funcionarios de la Casa Blanca, que pidieron el anonimato.
Según detallaron, el nuevo plan busca crear un proceso bautizado como "una agencia, una decisión", en el que habrá una agencia que tendrá el liderazgo y trabajará con otras para tomar una "decisión colectiva" y evitar que, como ocurre actualmente, diferentes actores se posicionen de manera distinta sobre un proyecto.
De esa forma, si Trump consigue convencer al Congreso, la Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA) no podrá evaluar el impacto medioambiental de un proyecto de forma independiente.
Los asesores de la Casa Blanca aclararon que la propuesta, anunciada solo como "principios de infraestructura", que será parte del plan de presupuesto que Trump anunciará este lunes, y solo es un punto de partida.
"Esto de ninguna manera, modo o forma debe considerarse una propuesta de tómalo o déjalo". Este es el comienzo de una negociación, una negociación bipartidista bicameral, para encontrar la mejor solución para la infraestructura", dijo un funcionario de alto rango.












































