Con los demócratas controlando la Presidencia y el Congreso (aunque con unas tenues mayorías en ambas cámaras), los legisladores estatales republicanos preocupados por la posibilidad de que lleguen nuevas leyes de control de armas desde el nivel federal no están esperando para reaccionar.
La estrategia republicana en los estados para anular los controles de armas del gobierno federal
Cada vez que el gobierno federal queda en manos de los demócratas, los defensores de la Segunda Enmienda de la Constitución temen que su derecho al porte de armas sea restringido.

Iniciativas de ley en al menos una docena de estados buscan anular cualquier nueva restricción, como los límites a municiones o la prohibición de ciertos tipos de armas.
Algunos proyectos de ley convertirían en un delito que los policías locales hagan cumplir las leyes federales sobre armas, aunque no está muy claro cómo funcionaría eso.
La situación puede crear confusión para los oficiales que a menudo trabajan con la policía federal, dijo Daniel Isom, exjefe del Departamento de Policía de San Luis, Missouri, quien ahora es asesor principal de Everytown for Gun Safety, un grupo que busca prevenir la violencia armas fundado por el exalcalde de Nueva York Michael Bloomberg.
La ley federal juega un papel importante en algunas áreas, como mantener las armas lejos de perpetradores de violencia doméstica.
Poner a los agentes locales en condiciones de decidir qué leyes hacer cumplir es lo último que necesita la policía en un momento en que ciudades como San Luis están experimentando un aumento de los delitos violentos, dijo Isom.
“Este ha sido un año extremadamente desafiante tanto para las comunidades como para las fuerzas del orden, y pedir más tensión mental a los oficiales en este momento parece estar bastante desplazado”, dijo. Las ventas de armas también han establecido récords mensuales en todo el país desde que llegó el coronavirus.
En Missouri, un proyecto de ley permitiría que los departamentos de policía sean demandados y multados si sus agentes hacen cumplir las leyes federales de armas.
En Utah, avanza una medida similar que prohíbe la aplicación de las leyes federales sobre armas. Muchos legisladores estatales republicanos ven los intentos de aprobar restricciones federales a las armas de fuego como una amenaza para la Segunda Enmienda.
Durante la campaña electoral, el ahora presidente Joe Biden pidió que se prohíban las armas de asalto, pero cualquier nueva legislación sobre armas probablemente enfrentará retos dada la polarización política.
Además, los demócratas solo cuentan con el voto de la vicepresidenta Kamala Harris para lograr la mayoría y no pueden permitirse la deserción de ningún miembro de la bancada.
Eso pone el problema adicional de que los legisladores demócratas de los estados de tendencia conservadora también podrían unirse a los republicanos para oponerse a nuevas restricciones de armas.
Aunque en este momento no hay un plan concreto para legislar sobre el control de armas, el tema es uno de los puntos que más divide a la sociedad estadounidense.
Con cada nueva masacre o tiroteo masivo surgen los clamores para que se establezcan leyes más estrictas, que son respondidos entre los defensores de la Segunda Enmienda con explicaciones como que se trata de problemas de salud mental de los atacantes o que las leyes vigentes en el lugar en cuestión no habrían impedido que pusiera sus manos en las armas que usó.
Es una discusión recuerrente y cíclica que termina cuando esa última masacre deja de ser noticia.





































