¿Es Biden la mejor opción para los demócratas en las presidenciales del 2024? Analizamos los argumentos a favor y en contra
Lo primero que piensa la gente en Estados Unidos cuando alguien gana la presidencia es si va a aspirar a la reelección. Conciente de esa expectativa, a fines del año pasado, el presidente Joe Biden dijo durante una entrevista que para finales de enero de 2023 anunciaría su decisión de si buscará o no la reelección al cargo en las elecciones previstas para noviembre del 2024. Sin embargo, cumplida una semana de febrero todavía no sabemos qué planea hacer el mandatario.
La Casa Blanca ha explicado que Biden prefirió dejar el anuncio para después del discurso del Estado de la Unión, que ofrecerá ante el Congreso este martes 7 de febrero, de manera de que no parezca que está usando la rendición anual de cuentas de los presidentes como una plataforma para lanzar su campaña.
Sin embargo, en el caso de que Biden aspire a un segundo mandato, es seguro que su agenda sea muy similar a lo que definirá como sus logros de gobierno y sus planes para el resto del período que va a presentar en el SOTU (el acrónimo inglés con el que se conoce el mensaje presidencial anual).
Oficialmente, la Casa Blanca no ha dicho nada sobre cuándo se puede esperar el anuncio del presidente, mucho menos si él va a aspirar a ese segundo mandato (pese a que, con 80 años, Biden es la persona de mayor edad en ejercer la presidencia y que tendría 82 si tuviera que asumir un segundo mandato en 2024)
“Estamos al tanto de que no hay déficit de especuladores, pero muy pocos individuos realmente tienen conocimiento del tema”, dijo recientemente el subsecretario de prensa de la presidencia Andres Bates.
Presidente y aspirante a la reelección
Cuando alguien gana la presidencia de Estados Unidos se da por descontado de que aspirará a la reelección, no importa cómo desdeñen las preguntas sobre eso que empiezan a hacerse desde el primer año de gobierno. De los 45 predecesores de Biden, solo 6 no han optado por seguir en la Casa Blanca: 3 que siendo vicepresidentes terminaron el mandato del titular y 3 que se presentaron a elecciones una vez.
Las excepciones más recientes son las de Harry Truman, en 1948, y Lyndon B. Johnson, en 1968. Ambos declinaron seguir en la Casa Blanca agobiados por guerras impopulares y altos niveles de rechazo en la opinión pública. Truman por la guerra en Corea, que acabó con la aspiración pacifista tras la victoria aliada en la Segunda Guerra Mundial, y Johnson por el rechazo a la costosa aventura estadounidense en Vietnam.
El asunto de la popularidad puede ser un tema que considerar por Biden, cuya popularidad está en torno al 42%, según el compendio de encuestas que presenta Univision Noticias. Es una mejora respecto al 37.7% que registraba en julio de 2022, pero sigue siendo consideraba baja.
Algunos analistas consideran que el presidente ha logrado sobrevivir la primera mitad de su mandato con éxito y que rumbo al 2024 puede esperar buenas noticias, sobre todo en el frente económico, que le ayudarán a reforzar su mensaje de campaña y la idea de que será bueno para el país mantener la administración demócrata.
Biden superó con éxito la prueba de las elecciones de mitad de período, pese a que todos los análisis pronosticaban una contundente derrota demócrata frente a los republicanos. Eso no sucedió y, además de reforzar su mayoría en el Senado, la Cámara de Representantes apenas se perdió por pocos escaños.
Los argumentos en favor de la reelección de Biden
Tras las elecciones de medio término, las cosas lucen mas favorables para Biden, empezando por las perspectivas económicas. La inflación sigue una tendencia a la baja, reflejada en su caída del 9.7% anualizado que registró en junio de 2022 al 6.5% en diciembre, de acuerdo con los datos de la oficina de estadísticas del Departamento de Trabajo.
Aunque la inflación es un fenómeno global, y su control no depende de cosas que haga el presidente sino la Reserva Federal, impacta la imagen del gobierno porque afecta a los ciudadanos en su vida cotidiana a la hora de comprar bienes y servicios. En ese sentido, los republicanos explotaron los malos números del año pasado, aunque no se reflejó como esperaban en los resultados electorales.
La economía ha dado señales mixtas, pues mientras la inflación ha alcanzado niveles no vistos en el último medio siglo, el mercado laboral habla de una recuperación robusta, luego de la caída producto de la pandemia del coronavirus. Este viernes, se reportó que el desempleo está en 3.4%, el más bajo de los últimos 53 años.
Incluso las agoreras previsiones sobre una “inminente recesión” parecen estar cediendo, a juzgar por las mejoras en las perspectivas de la economía mundial que señala en su pronóstico el Fondo Monetario Internacional debido al relajamiento de controles establecidos durante la pandemia del coronavirus.
Para los votantes liberales, Biden puede ufanarse de haber nominado una gran cantidad de jueces en cortes federales, incluyendo la primera mujer negra en convertirse en magistrada de la Corte Suprema de Justicia, Ketanji Brown Jackson.
El demócrata ha logrado la confirmación de 95 jueces en sus primeros dos años, más que cualquier presidente desde Franklin Delano Roosevelt, de los cuales el 74% son mujeres y de ellas, cerca de la mitad, son pertenecientes a minorías raciales.
Para los votantes independientes, el mandatario puede presentar la histórica ley de infraestructura de 1 trillón de dólares, una vieja propuesta para reparar y modernizar la envejecida infraestructura estadounidense que no habían podido concretar gobiernos anteriores. De hecho, Biden ha estado recorriendo el país promocionando los beneficios de la ley y destacando cómo se logró en trabajo conjunto con los republicanos.
Los argumentos en contra de la reelección de Biden
Con 80 años, Biden es el presidente más viejo en ejercer la presidencia de Estados Unidos. Tendrá 82 en 2024 y 86 si termina un eventual segundo período.
El trabajo de jefe de Estado es algo exigente a cualquier edad, más aún para personas mayores que, por imposiciones biológica, empiezan a carecer de la energía de sus años jóvenes. Y aunque es un argumento que puede ser cuestionado como discriminatorio contra personas de gran valor y sabiduría, producto precisamente de sus largas experiencias, será un tema que muchos votantes tendrán en consideración.
Donald Trump, el único candidato formalmente en la competencia que hay en el escenario ha señalado la edad de Biden entre las razones para no reelegirlo, pese a que él mismo tiene solo cuatro años menos.
Si del lado republicano tuviera que enfrentarse a un candidato joven, como el gobernador de Florida Ron DeSantis —a quien algunos ven como una opción más segura que la de Trump— el contraste generacional será más evidente y podría ser una de las cartas que más exploten los republicanos para recuperar la Casa Blanca.
El papel de los documentos clasificados de Biden y Trump
Muchos de quienes eligieron a Biden en 2020 lo hicieron por el contraste que representaba al estilo pendenciero y caótico de Trump. Apostaban a un regreso a la “normalidad” política tras cuatro años de permanente sobresalto a causa de las cosas que hacía o decía el entonces presidente.
Dos ‘impeachments’, varias investigaciones sobre sus negocios y otras sobre sus intenciones de cambiar el resultado de las elecciones que perdió frente al demócrata hacían ver a Biden como un político serio y confiable. El episodio del manejo indebido de documentos clasificados de su presidencia y la negativa de Trump de entregarlos como pedía Archivos Nacional reforzó esa idea de que el exmagnate inmobiliario no era el hombre adecuado para funciones de gobierno.
Y Biden se proyectó desde esa plataforma de superioridad moral. Hasta que se supo que él mismo manejó mal documentos clasificados de su época de vicepresidente Barack Obama. Las críticas que hizo sobre la “irresponsabilidad” de Trump al lidiar con documentación oficial se volvieron hacia él como un bumerán.
Hay grandes diferencias entre los casos de Trump y Biden, empezando porque el equipo del actual presidente ha estado colaborando activamente con el FBI para devolver esa documentación a los Archivos Nacionales, mientras que en el caso del republicano tuvieron que recurrir a una orden de allanamiento para recuperar papeles que los abogados de Trump aseguraban que no tenían en su poder.
Sin embargo, para un electorado que no necesariamente está al tanto de los detalles y sutilezas de la información, Biden puede quedar en el mismo nivel de Trump y perder esa imagen que le ayudó con muchos votantes independientes en 2020.
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