¿Sirve el petróleo de Venezuela para compensar los problemas con Rusia por la guerra en Ucrania?
La decisión de Joe Biden de cortar el suministro de petróleo ruso a Estados Unidos está creando un dilema para la política estadounidense hacia Venezuela.
Una reunión este fin de semana de una delegación de altos funcionarios de la administración Biden con representantes del régimen de Nicolás Maduro para discutir la liberación de los estadounidenses encarcelados y la posible compra de petróleo venezolano ha obtenido reacciones mixtas.
Mientras que la invasión de Ucrania presenta una oportunidad para alejar a Venezuela del eje Rusia-China, los expertos en petróleo cuestionan el valor económico de acceder a las exportaciones de petróleo del país sudamericano que actualmente están sancionadas por Washington.
En una señal preocupante para Biden, algunos demócratas expresaran su consternación, señalando que Maduro está bajo acusación del Departamento de Justicia de Estados Unidos por cargos de drogas y terrorismo y por crímenes contra la humanidad en la Corte Penal Internacional de La Haya.
"Nicolás Maduro es un cáncer para nuestro hemisferio y no deberíamos insuflar nueva vida a su reino de tortura y asesinato", dijo en un comunicado el senador estadounidense Bob Menéndez (demócrata de Nueva Jersey), presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado.
"Como tal, me opondría firmemente a cualquier acción que llene los bolsillos de los oligarcas del régimen con los beneficios del petróleo mientras Maduro sigue privando a los venezolanos de los derechos humanos básicos, las libertades e incluso los alimentos", añadió.
El martes, Estados Unidos y el Reino Unido anunciaron la prohibición de importación de petróleo ruso y la Unión Europea está reduciendo su dependencia del gas natural proveniente de Rusia en un endurecimiento de la respuesta de los aliados occidentales a la invasión de Ucrania.
Entonces, ¿dónde encaja Venezuela en ese panorama?
Misterio sobre lo que se discutió exactamente en Caracas
La Casa Blanca dijo el lunes que el propósito de la reunión del fin de semana en Caracas fue discutir una serie de temas, incluyendo la "seguridad energética" y los casos de varios ciudadanos estadounidenses que están en prisión en Venezuela.
Maduro dijo que acordó una agenda para futuras conversaciones con una delegación estadounidense durante la reunión de dos horas, sin especificar los temas tratados.
"Tuvimos una reunión, podría calificarla de respetuosa, cordial, muy diplomática", dijo Maduro este lunes en un mensaje televisado.
Biden buscar soluciones para controlar la inflación
En su discurso sobre el Estado de la Unión de la semana pasada, Biden dijo que la lucha contra la inflación sería la prioridad en su segundo año, pero eso ha hecho mucho más difícil.
Rusia es uno de los mayores exportadores de petróleo del mundo, con unos 7 millones de barriles diarios, por lo que la sola perspectiva de una falta de su producción en el mercado presionara los precios globales al alza.
Con la inflación de Estados Unidos ya en niveles históricos de las últimas cuatro décadas, Biden se enfrenta ahora a la subida vertiginosa de los precios del petróleo, que hace subir aún más los precios de la gasolina y productos terminados en el mercado interno, mientras la bolsa se desploma.
La crisis en Ucrania presenta una oportunidad política en Venezuela
Si se maneja con destreza, la invasión de Ucrania y la crisis del petróleo presentan una oportunidad política para restaurar el gobierno institucional en Venezuela mediante un levantamiento gradual de las sanciones, según el International Crisis Group, que busca soluciones pacíficas a los problemas mundiales.
Estados Unidos rompió las relaciones diplomáticas con Venezuela en 2019 y reconoce la pretensión del líder opositor Juan Guaidó a la presidencia.
"La crisis actual ofrece una oportunidad para romper el estancamiento, pero Washington tendrá que ser consciente del peligro de que un acuerdo en estas circunstancias podría permitir al gobierno venezolano dejar de lado las voces de la oposición y consolidar el gobierno autoritario", dijo Phil Gunson, el analista principal de Crisis Group para la región de los Andes.
Pero es más difícil ver qué puede aportar Venezuela a la "seguridad energética", al menos a corto plazo.
Producción de petróleo de Venezuela ha caído estrepitosamente desde 1998
En teoría, Venezuela goza de las mayores reservas probadas de petróleo del mundo, pero el régimen socialista de Maduro ha sido extraordinariamente incompetente a la hora de sacarlo de la tierra, dice Eric Farnsworth, vicepresidente del Consejo de las Américas (COA), un grupo empresarial que promueve el diálogo hemisférico sobre las relaciones entre Estados Unidos y América Latina.
La producción petrolera venezolana ha disminuido drásticamente en los últimos años y en enero se estimó en 850,000-900,000 barriles diarios, muy por debajo del récord de 3.5 millones de barriles diarios establecido en 1998.
"La cuestión es que Estados Unidos no necesita realmente el crudo venezolano, incluso si Washington instituye un embargo total", dijo a la publicación Americas Quarterly del COA. "Todo se resume en una curiosa y arriesgada táctica de la Casa Blanca para un producto básico que Estados Unidos ni siquiera necesita", añadió.
A corto plazo sería más fácil compensar la diferencia con envíos adicionales de Arabia Saudí y Canadá, dijo.
El petróleo ruso representa sólo un 5% de las importaciones de petróleo de Estados Unidos (unos 670,000 barriles diarios), y una cantidad menor de gas natural líquido, según la Administración de Información Energética (EIA).
Rusia ayuda a Venezuela a sacar su petróleo al mercado
De todas formas, a pesar de las nuevas sanciones sobre el petróleo, la mayor parte del crudo ruso seguirá entrando en los mercados energéticos mundiales de todos modos, desviándose probablemente hacia grandes importadores como China o India.
Rusia se convirtió en el principal comprador de crudo de Venezuela tras las sanciones de Estados Unidos. El año pasado, PDVSA vendió alrededor de 2,500 millones de dólares en crudo a Rusia, según Josh Goodman de AP, citando a un experto de la industria no identificado. Eso equivale a una cuarta parte de todas las reservas de divisas del país sudamericano.
Además, "los precios más altos inducirán una mayor producción mundial", incluso en el ámbito nacional, en lugares como Texas, donde gran parte de la producción se cerró en 2020 después de que la pandemia de covirus 19 redujera la demanda mundial y los precios de forma tan pronunciada que dejó de ser rentable.
A corto plazo, el levantamiento de las sanciones petroleras a Venezuela "no tendría ningún efecto relevante en el mercado mundial del petróleo, pero quizás podría ayudar a algunas refinerías del Golfo de México de Estados Unidos a sustituir las importaciones de petróleo ruso", dijo Francisco Monaldi, director del Programa de Energía para América Latina del Centro de Estudios Energéticos de la Universidad de Rice.
Mientras tanto, Rusia produce 11 millones de barriles diarios y exporta más de 7 millones de barriles diarios, diez veces más que la producción total venezolana. "Por lo tanto, la producción adicional de Venezuela sería irrelevante para compensar una interrupción importante de las exportaciones rusas", añadió.
Si las sanciones afectan a las exportaciones de petróleo de Rusia durante un periodo prolongado, Venezuela podría convertirse en una fuente importante, pero se necesitarían unos cinco años para elevar su producción a unos dos millones de barriles diarios. Eso requeriría una inversión masiva estimado en más de 12,000 millones de dólares al año, que en el actual entorno de inversión (y gobierno) es poco probable que se materialice", dijo Monaldi.
"Si Estados Unidos quiere un proveedor de petróleo fiable a largo plazo, con vastas reservas, en el hemisferio; tendría que producirse un cambio institucional y político", dijo.