La crueldad es el mensaje de las redadas

"El exabrupto del presidente es el mismo que han utilizado los racistas en Estados Unidos desde tiempos inmemoriales".

Agentes de ICE detienen un inmigrante en octubre de 2015 en Los Ángeles.
Agentes de ICE detienen un inmigrante en octubre de 2015 en Los Ángeles.
Imagen Getty Images

El bochornoso ataque racista del presidente Trump a cuatro congresistas que provienen de minorías étnicas se produjo justo a tiempo para darles contexto a las redadas y deportaciones en masa que ordenó. Trump exigió a las legisladoras demócratas Alexandra Ocasio Cortez, Rashida Tlaib, Pramida Jayapal e Ilhan Omar que “regresen a los países de donde vinieron”.

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Las tres primeras mujeres nacieron en este país. Y la cuarta inmigró con su familia cuando apenas tenía 10 años. Pero el exabrupto del presidente es el mismo que han utilizado los racistas en Estados Unidos desde tiempos inmemoriales. Pone de relieve, para decirlo en plata, el racismo que inspira su decisión cruel de arrestar a miles y miles de familias indocumentadas y expulsarlas del país de inmediato.

Se supone que las redadas masivas comenzaron el pasado fin de semana. Pero no hay confirmación de que se estén llevando a cabo al nivel que exige la orden presidencial. Incluso hay dudas razonables de que en estos momentos el gobierno disponga de los recursos y la capacidad operativa para realizarlas. No obstante, la crueldad que supone el decreto de Trump es en sí el mensaje que él desea enviar. El meollo de la cuestión.

El presidente ordenó arrestar a familias inmigrantes y “personas colaterales”, según la expresión formal del gobierno, para castigar con furor a quienes ingresaron o permanecieron ilegalmente en el país y para desalentar a otros extranjeros que puedan estar considerando hacer lo mismo.

Mas también dio la orden porque es inherentemente incapaz de sentir la más mínima compasión o empatía por las personas vulnerables, como los indocumentados. Este último es un rasgo común a todos los narcisistas. Un defecto de carácter que se exacerba en aquellos narcisistas que reciben poder. Y el elemento fundamental del que están hechos todos los tiranos. Trump, desde luego, no es un tirano. Pero da sobradas muestras de que preferiría serlo. Lo sería sin duda si la sociedad civil estadounidense se lo permite o se lo propicia.

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La absurda idea de cerrar la frontera
Jorge Ramos

&quot;Modernizarse y prepararse. Este es el camino para un cambio. No más muros y cierres fronterizos (...) La pregunta crucial es si, de verdad, Estados Unidos quiere seguir siendo un país de inmigrantes. Ahora es el momento de demostrarlo&quot;. <br/>

La Florida merece una política migratoria equilibrada y justa
Daniel Morcate

&quot;DeSantis correctamente considera que la Florida confronta un problema de inmigración que debe atenderse. Pero muchas de sus propuestas solo servirían para alimentar temores irracionales de los floridanos a los inmigrantes y castigar duramente a personas que ya han sufrido el trauma de abandonar a la fuerza sus países de origen y de viajar en condiciones precarias; y a aquellos floridanos que buscan brindarles un aterrizaje blando en nuestro estado&quot;.

Esto no es una invasión
Jorge Ramos

&quot;Ya estamos advertidos: los inmigrantes seguirán llegando y en números muchos más grandes cuando se levante el Titulo 42 (que ha permitido las deportaciones exprés). Así que es preciso estar preparados. (...) Al final de cuentas saltarse el muro, como lo acabo de presenciar, es lo más fácil de todo&quot;.

Del simbolismo y las promesas hay que pasar a la acción en el tema migratorio
Maribel Hastings y David Torres.

&quot;Biden está entre la espada y la pared. Por un lado, la mayor parte de los asuntos que intenta resolver mediante acciones administrativas y ejecutivas está trabada en los tribunales, como el caso del Título 42. Entretanto, las políticas que ha implementado no han caído bien entre muchos sectores pro inmigrantes por considerar que son una extensión de las nefastas políticas de su antiinmigrante antecesor, Donald Trump&quot;.

El ala extremista republicana se empieza a devorar a sí misma
Maribel Hastings y David Torres.

&quot;Esa confrontación entre radicales peligrosos hace pensar en una catástrofe política republicana, pues aunque alguna de las dos facciones fracasara, se prevé de antemano que nada los hará ceder sobre el tipo de país que quieren diseñar a partir de ahora, lo que nada tiene que ver con el Estados Unidos que ha apostado por la diversidad sustentada en la democracia&quot;.<br/>

Donald Trump en la boleta de noviembre
Daniel Morcate

&quot;El exmandatario está presente en el discurso radical y a menudo violento de algunos candidatos, activistas y simples ciudadanos. Está en las denuncias y los temores a ese discurso y la violencia que este genera entre personas influenciables o mentalmente perturbadas&quot;.

Razones insuficientes
Julio Túpac Cabello

&quot;Las poblaciones a las que les toca abandonar su tierra para hacerse de una vida casi siempre son marginales en el sentido literal de la palabra: han quedado al margen: de la economía, de sus propiedades, de la educación, de la bancarización. Por una guerra cruenta, por una dictadura miserable, por una pobreza estructural que lo deja sin horizonte&quot;.

Razones insuficientes

Opinión
3 mins
Solo un acuerdo bipartidista este año puede salvar a los dreamers
Astrid Silva y Erika Andiola.

&quot;El presidente Biden probablemente evitará la deportación en masa de los beneficiarios de DACA y los dreamers, o eso esperamos. Pero incluso si estas se evitaran en los próximos años, el presidente Biden deberá volver un proyecto en ley en vez de intentar establecer otro programa temporero que probablemente será detenido por los tribunales, tal y como parece ser su actualización de DACA&quot;.

Merecen crédito los funcionarios federales que renunciaron a sus cargos para no tener que ejecutar la despiadada orden de arrestos y deportaciones en masa que impartió Trump. También aquellos que, desde sus puestos de influencia, están filtrando información a los medios para tratar de evitar que se cometan los previsibles abusos, especialmente contra personas inocentes, como los hijos de indocumentados nacidos en Estados Unidos y esos otros “colaterales” a los que de manera ominosa alude la burocracia federal.

Gracias a las filtraciones ha sido posible avisar de antemano a víctimas potenciales. Trump, sin embargo, encontrará los cómplices que necesita para ejecutar su orden. Los tiranos reales y los potenciales siempre los encuentran entre personas inescrupulosas, oportunistas y trepadoras.

Otra característica evidente, aunque inconfesable, de la orden de Trump es que va dirigida fundamentalmente a los inmigrantes hispanos. Entre nosotros abundan los indocumentados de Canadá, Europa del Este y Asia, cuyos números con toda probabilidad ascienden a millones.

Pero en estos días difícilmente escucharemos hablar de redadas contra esos sectores de inmigrantes. En la mentalidad primaria de Trump y quienes piensan como él, los hispanos somos “el enemigo” porque nos hemos convertido en una minoría ascendente, nos aferramos a nuestros valores culturales, como el uso del español y acumulamos poder económico y político sin demasiados complejos.

En otras palabras, no nos “damos nuestro lugar”, según reza otra expresión común de los racistas en este país, esos que hoy pretenden ir por el nombre paniaguado de supremacistas blancos (el mismo nombre que usaban los racistas en Sudáfrica).

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Aunque las redadas inicialmente tengan como objetivo a una cantidad ínfima de indocumentados – presuntamente 2,000 de más de 10 millones – la orden de Trump ya ha tenido el efecto deseado de sembrar el pánico y la incertidumbre entre muchos hispanos.

Sienten miedo las personas sin papeles, sus familiares con papeles o nativos de Estados Unidos, las personas que les han dado algún tipo de empleo o morada y aquellos que, por el mero hecho de ser latinos, temen ser arrastrados por la ola de allanamientos y detenciones.

Y sienten miedo quienes saben que un gobernante cruel nunca se conforma con perseguir a un solo sector de la sociedad. De hecho, como buen aspirante a autócrata, Trump también trata como enemigos a sus opositores políticos y a los periodistas independientes, entre otros.

La crueldad de las redadas es el mensaje de Trump. Con ese mensaje reparte carne roja entre sus seguidores incondicionales y ahonda las divisiones entre los estadounidenses justo a tiempo para la contienda presidencial.

Nota: La presente pieza fue seleccionada para publicación en nuestra sección de opinión como una contribución al debate público. La(s) visión(es) expresadas allí pertenecen exclusivamente a su(s) autor(es). Este contenido no representa la visión de Univision Noticias o la de su línea editorial.