¿Cómo sería el mundo sin el "me gusta"? Hablemos de chequeo de datos

Emmanuel Macron y Cristiano Ronaldo tienen miles de seguidores en Instagram. Las fotos utilizadas por los dos hace unos días no mostraban la realidad del fuego en Amazonia. Los chequeadores de datos necesitaban actuar rápido pero, ¿qué foto se viralizaba más? El dato era clave para decidir en cuál trabajar primero.

En la versión de computadora de Instagram se pueden ver los 
<i>likes </i>en los sitios donde los eliminaron del teléfono.
En la versión de computadora de Instagram se pueden ver los likes en los sitios donde los eliminaron del teléfono.
Imagen Anton Garin image/footage/Getty Images/iStockphoto

Hace 10 años la ilustradora Leah Pearlman, gerente de producto de Facebook, dibujó el icono "me gusta". Sí. Hace ya una década. Y, cuando ella presentó a la compañía su pulgar azul, dijo que sería una forma rápida que los usuarios de Facebook tendrían para decir a los amigos y familiares que les había gustado algo, dejando el espacio de los comentarios para elogios más amplios.

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Lo que se sabe, sin embargo, es que, tras 10 años y más de 1.13 billones de likes, algunos problemas han surgido. Hay un dato que circula por internet - y que es muy, muy difícil de comprobar - que sugiere que los usuarios de redes sociales generan 4 millones de likes por minuto. Es una cantidad de información impresionante. Datos que revelan sobre cómo somos y qué tipo de contenidos nos agrada.

Con el tiempo, el "me gusta" ha pasado a otras redes sociales y ha hecho nacer la industria de los bots, máquinas capaces de producir clics y crear falsos influenciadores digitales. También ha dado a la luz una generación que realmente sufre trastornos psicológicos por no lograr la popularidad que desea en sus canales.

Ahora pensemos: ¿cómo sería el mundo y las redes sociales si no supiéramos el éxito de un post, vídeo o fotografía? ¿Si nos guiáramos solo por la calidad del contenido y no por los números que suelen acompañarlo?

En julio, Instagram dio su paso. Pasó a omitir el total de "me gusta" en siete países: Australia, Brasil, Canadá, Italia, Irlanda, Japón y Nueva Zelanda. Desde entonces, los usuarios de la red ya no ven cuántos likes tiene una foto o un video cuando utilizan la aplicación de móvil de la plataforma. Las reacciones han sido variadas.

El marketing digital - que sabe que el Instagram crece en todo el mundo, sobre todo entre los más jóvenes, se quejó. En voz alta. La desmetrificación les impide saber si la inversión financiera que hicieron en un determinado influenciador digital para que él vendiera un producto o una idea ha valido la pena. Ya no tienen cómo calcular el ROI (retorno de inversión, por sus siglas en inglés) sin que el propio influenciador revele sus datos de acceso.

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Los influenciadores digitales de Instagram, por su parte, tampoco pueden establecer una comparación entre sí y, por lo tanto, en estos países, encuentran dificultades para fijar un precio para sus servicios. O sea: la decisión de ocultar los likes ha provocado un tsunami en el sector. Y esto puede ser bueno.

Los fact-checkers (chequeadores de datos) - este grupo sobre el que vamos a hablar en esta columna con alguna frecuencia - también ha sido afectado. Y, para que quede claro de qué forma, hace falta dar un ejemplo claro y reciente.

Hace unas semanas, el mundo comentaba el fuego en Amazonia. Celebridades como el presidente francés, Emmanuel Macron, y el jugador de fútbol portugués Cristiano Ronaldo usaron sus cuentas en Instagram para publicar fotografías y pedir que el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, tomara una posición fuerte en favor del medio ambiente.

Macron y Cristiano, sin embargo, utilizaron fotos antiguas y fuera de contexto para hablar del tema en Instagram. Al darse cuenta de esto, los fact-checkers sintieron la necesidad de actuar con velocidad.

Macron y Cristiano tienen miles de seguidores en la plataforma. Las fotos utilizadas por los dos no enseñaban la realidad de Amazonia en aquel momento y la desinformación sería grande a partir de sus posts.

Pues ahí estaba el problema. La desmetrificación de Instagram puso a los fact-checkers en una situación complicada: ¿qué foto se viralizaba más rápido? Contra cuál deberían actuar primero: la de Macron o la de Cristiano? Al final, tuvieron que ir a la versión de Instagram en el desktop (donde todavía se ven los likes) para concluir que el jugador de fútbol era más viral y por tanto más importante de corregir.

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En corto, no quedan dudas de que hace falta reestructurar la lógica de los likes e intentar mejorar un sistema que ha dado campo a problemas. Pero los datos sobre cuántas veces un post ha sido compartido, cuántos likes tiene o cuántos comentarios ha recibido son - en conjunto - vitales para que los fact-checkers sepan qué noticia falsa merece más atención.

Todos los días, las plataformas de verificación de todo el mundo reciben decenas de solicitudes para chequear datos sospechosos que viralizan en las redes sociales. Son equipos todavía pequeños y, en muchos países, solitarios en el frente de la batalla contra las fake news.

Todas, todas las métricas extraídas de las redes sociales ayudan a los verificadores a priorizar y jerarquizar. Es, por lo tanto, vital que las grandes empresas digitales se acuerden de esto siempre que imaginen un mundo post-likes.

Por ahora, parece que el trabajo de Pearlman sigue preservado en Facebook. La plataforma dice que no tiene planes para omitir los likes en un futuro cercano, como hizo Instagram. En varias ocasiones, voceros de Facebook han recordado que la herramienta especial - que desarrollaron específicamente para que los fact-checkers monitorearan la plataforma - no toma en cuenta los likes.

La herramienta les muestra el número de shares (compartidos) de cada post (mensajes) y, con base en este dato, es que los chequeadores deben seguir actuando para detener la desinformación en Facebook. En cambio, en Instagram, nunca hubo recuento de shares (compartidos). Solo likes.

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Nota : La presente pieza fue seleccionada para publicación en nuestra sección de opinión como una contribución al debate público. La(s) visión(es) expresadas allí pertenecen exclusivamente a su(s) autor(es) y/o a la(s) organización(es) que representan. Este contenido no representa la visión de Univision Noticias o la de su línea editorial.