Termómetros infrarrojos no te cegarán, no dañarán tus neuronas ni afectarán tu meditación

Las personas que han vuelto a salir de sus casas seguramente ya han pasado por sistemas de control de temperatura establecidos por tiendas y restaurantes. Con un termómetro infrarrojo en mano, un trabajador mira la frente del cliente y, con una luz invisible, detecta si la persona tiene fiebre y puede representar un riesgo para los demás clientes. Este aparato sencillo y corriente, que lleva años en el mercado farmacéutico, es la nueva víctima de las noticias falsas sobre el nuevo coronavirus. Mucha atención.
En 21 de mayo, los fact-checkers de Delfi, en Lituania, añadieron por primera vez a la base de datos de la alianza CoronaVirusFacts - que la Red Internacional de Verificadores (IFCN) mantiene desde enero - el primer chequeo sobre termómetros infrarrojos.
Habían detectado posts de Facebook que falsamente informaban que estos aparatos eran peligrosos porque podrían dañar el así llamado "tercer ojo".
En algunas tradiciones, como el Hinduismo, se dice que el tercer ojo está ubicado ligeramente por encima de la unión de las cejas y tiene conexión con los chackras (centros de energía del cuerpo). En el Taoísmo y en muchas religiones tradicionales chinas, la "práctica del tercer ojo" consiste en centrar la atención en ese punto ubicado entre las cejas, con los ojos cerrados, para llegar a niveles más avanzados de meditación.
Científicamente, subrayaron los lituanos en aquel primer chequeo, no hay ninguna prueba de que los termómetros infrarrojos ni de que su uso en la frente puedan afectar las prácticas de meditación. En cambio, sí es necesario medir la temperatura como una forma de proteger a toda la sociedad contra el avance del covid-19.
En pocos días, sin embargo, la falsedad cruzó el planeta y aterrizó en América Latina, con cadenas de WhatsApp y videos de Youtube afirmando que los termómetros infrarrojos eran peligrosos, por los más distintos motivos.
El 24 de junio, Animal Político, en México, aclaró en un titular que "los termómetros infrarrojos no causan daño a tus retinas", explicando que estos aparatos "funcionan con ondas infrarrojas similares a los controles de televisión".
Más sobre Opinión
Pero los mexicanos temían quedarse ciegos y el pánico ganaba fuerza en las redes sociales.
Verificado, también de México, publicó otro chequeo, añadiendo dos puntos importantes. Trajo la posición del Food and Drug Administration, de los Estados Unidos, que subraya que "el uso de termómetros infrarrojos sin contacto pueden usarse para disminuir el riesgo de propagación de enfermedades". Y la posición del subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud de México, Hugo López-Gatell Ramírez, que, en rueda de prensa, reforzó que el uso de este tipo de termometría ha sido estudiada por mucho tiempo, en muchos países y que es segura.
Pero la desinformación es rápida. Siguió su rumbo y, el 26 de junio, ya estaba en Argentina.
Este mismo día, los fact-checkers de Chequeado, clasificaron como falso un video que afirmaba que los termómetros infrarrojos son capaces de dañar las neuronas. ¡Las neuronas! Y aquí vale un comentario: noten cómo el daño supuestamente provocado por los termómetros infrarrojos se vuelven cada vez más serios en la medida que los fact-checkers verifican la mentira anterior. ¿No es increíble?
Pues, en el artículo que publicaron, los verificadores de argentina han sido super claros. Los termómetros infrarrojos utilizados hoy día no emiten radiaciones similares a los rayos X y no afectan al sistema nervioso. No hay por qué evitarlos, más bien es mejor usarlos.
¿Y qué falsedad sobre los termómetros vendrá enseguida?, se preguntan algunos fact-checkers. Difícil predecir.
Lo interesante es observar que este ataque recuerda el que se hizo contra las mascarillas, falsamente acusadas de provocar hipoxia (falta de oxígeno). Ambos son infundados, globales y, más, munician a la gente con información equivocada para rechazar métodos de prevención sencillos y eficaces. Es una pena. Pero para eso estamos nosotros aquí, los verificadores.