El 13 de noviembre comenzó el proceso judicial más grande jamás realizado en EEUU contra un líder de una organización de tráfico de drogas. El juicio, que podría llegar a costar hasta 50 millones de dólares y durar hasta cuatro meses se realiza en una corte federal de Nueva York protegiendo la identidad de los 12 jurados. Entre los testigos que han declarado se encuentran antiguos socios y operadores del capo que han aceptado colaborar con las autoridades para reducir sus sentencias.