Por J. Gonzalo, @jangelgonzalo
Roberto Saviano: "Hoy Cuba se acerca a los Estados Unidos por el narcotráfico"
El autor del libro de narcotráfico que leía "El Chapo" poco antes de ser capturado sostiene que el gobierno de Raúl Castro solo tiene esta opción para que "no se lo coman los carteles".

Son las 3.00 de la tarde, de un jueves frío, cuando la puerta del edificio donde hemos quedado gira. No lo reconozco hasta que se quita el gorro y la bufanda que usa para protegerse. Son dos prendas que le permiten confundirse por las calles, pasar desapercibido y tratar de creer que puede ser uno más pese a que tiene protección oficial y está amenazado de muerte por la mafia italiana.
Roberto Saviano, de 36 años, lleva 10 tratando de sobrevivir al éxito de Gomorra, un libro donde expuso los métodos de la camorra y que se convirtió en un bestseller internacional (más de 10 millones de ejemplares vendidos). Pero también se convirtió en su condena. Desde entonces, ha tenido que vivir en varios países, siempre huyendo y protegido, a veces con identidades falsas.
En el 2013 Saviano volvió a publicar un nuevo trabajo: Cero, Cero, Cero. Otra obra sobre el narcotráfico donde amplía el foco a México, Colombia, Europa y Estados Unidos. Una radiografía que revela el rol que juegan las drogas en las venas del sistema capitalista. El prestigioso diario The Guardian lo calificaba como "el más importante del año".
Su conocimiento sobre el narcotráfico en todo el continente le lleva a defender una teoría que muchos pueden considerar peregrina: "Hoy Cuba se acerca a los Estados Unidos por el narcotráfico". Justo cuando las relaciones entre los dos países caminan -no sin dificultades- hacia la plena normalización, el autor cree que la verdadera razón está en el poder del crimen organizado. "(El gobierno cubano) sabe que la alternativa es o los Estados Unidos o nos comen los carteles, literalmente", sostiene.
La situación de la isla entre México y otros países (como la República Dominicana), donde el narco tiene un gran poder, es su explicación.
Precisamente la novela Cero, Cero, Cero trata de ese poder, de esa fuerza destructora. La radiografía que presenta es tan precisa que hasta el propio Joaquín “El Chapo” Guzmán la estaba leyendo. Al menos así lo sugieren las imágenes que las autoridades mexicanas difundieron de uno de los escondites donde se ocultó tras reunirse con el actor Sean Pean. Tras su huida, el libro quedó encima de la cama donde presuntamente dormía.
“El libro sobre esa cama me sorprendió, me creó un poco de angustia”, reconoce Saviano mientras reflexiona sobre el porqué Joaquín "El Chapo" Guzmán estaría interesado en su trabajo. “Me confirmó que tiene miedo de las palabras o, al menos, le interesa saber cómo aparece reflejado”, continúa.
Para escribirlo, el escritor italiano necesitó cinco años de investigación, viajó a varios países por diferentes continentes y se desplazó a algunos de los centros mundiales del tráfico de narcóticos, a veces con otra identidad.
Una de las conclusiones a las que llegó es tajante: “México es el centro del mundo en este momento, del mundo criminal”.
“No se puede entender el mundo del narcotráfico sin "El Chapo". Sin México, sobre todo”, añade para explicar cómo los nuevos métodos han cambiado el tablero internacional del crimen organizado.
Según Saviano, los carteles mexicanos se han convertido en los propietarios incluso de la cocaína que se cultiva en Colombia. Además, su poder los ha llevado a ser interlocutores, distribuidores más allá del continente americano. Han conseguido convertir a Sinaloa en el “Amazon del narcotráfico” en un mundo donde el distribuidor se impone al productor.
La droga del capitalismo
Con la imagen de los rascacielos a su espalda, Saviano encadena su discurso, reflexiona pausadamente, se emociona, trata de reforzar sus palabras con el movimiento de sus manos (algo muy italiano). Llevamos más de media hora hablando y su entusiasmo solo va in crescendo. El tema de la droga para él se ha convertido en una adicción. “Una obsesión, una enfermedad”, como él mismo reconoce.
Cero, Cero, Cero es una obra de ficción basada en hechos verdaderos. Protagonistas, fechas, datos que se conjugan en las páginas para denunciar lo que muchos sospechaban pero pocos se han atrevido a decir: las drogas se han convertido en un motor del capitalismo.
Para Saviano, “el sistema financiero está completamente abierto a este tipo de flujos económicos criminales”, especialmente después de la Gran Recesión.
En 2008, el mundo vio cómo las bolsas mundiales se despeñaban, se desplomaban una tras otra como un castillo de naipes después de que el todopoderoso banco Lehman Brothers cayera como consecuencia de la ingeniería contable del sistema hipotecario.
El sistema financiero, sediento de liquidez, se ha abierto a los flujos provenientes del narcotráfico y, al igual que un drogadicto, el capitalismo se ha quedado enganchado.
Tras observar el comportamiento de la gran banca internacional, Saviano cree que el sistema tal vez no hubiera colapsado, pero sí tiene seguro que “estaría en una situación aún más dramática de la que está atravesando hoy en día”.
En esta compleja trama de la que tanto el sistema financiero como el criminal se benefician mutuamente, Saviano apunta directo a los corazones del sistema: “Hoy Nueva York y Londres son las dos mayores blanqueadoras de dinero negro del mundo”.
Una investigación realizada por la Universidad de Colombia citada en el libro reveló que el 97,4% de los ingresos procedentes del narcotráfico en Colombia consigue blanquearse gracias a los circuitos bancarios de Estados Unidos y Europa. Así, se explica la paradoja de que un banco en Medellín o ciudad de México esté más limpio que otro en Estados Unidos o del Viejo Continente.
Las cifras que recoge en el libro son lo suficiente contundentes como para comprender la relación simbiótica entre el narcotráfico y el sistema capitalista: “Los préstamos interbancarios han sido sistemáticamente financiados con el dinero procedente del tráfico de droga y de otras actividades ilícitas. Algunos bancos sólo se han salvado gracias a ese dinero. Una gran parte de los 352,000 millones de narcodólares estimados ha sido absorbida por el sistema económico legal, perfectamente blanqueada”.
¿Sorprendido? Hay más: “Las ganancias del narcotráfico son superiores a una tercera parte de las pérdidas del sistema bancario reveladas por el fondo Monetario Internacional en 2009, y no son sino la punta que emerge o que cabe intuir del iceberg hacia el que nos dirigimos”, advierte Saviano.
“Los centros del poder financiero mundial se han mantenido a flote con el dinero de la coca”, zanja Saviano.
La cocaína se ha convertido en un excelente socio del capitalismo: “El Chapo no está vendiendo diversión. Está vendiendo la posibilidad de ganar más”, cree Saviano. Los efectos de la droga permite que los consumidores trabajen más, produzcan más, ganen más, y, por supuesto, consuman más: el sueño de un mundo capitalista basado en el consumo.
El papel de Estados Unidos
Con este panorama y, aceptando que las drogas ayudan a engrasar la maquinaria capitalista, solo cabe una pregunta: ¿Está haciendo verdaderamente Estados Unidos todo lo que puede contra el narcotráfico?
“No. Seguramente porque el sistema financiero no tiene interés en hacer las reglas más rígidas porque perdería el dinero del narcotráfico”, responde Saviano tranquilo, convencido de que no hay nadie que le pueda rebatir los datos que deja expuestos en el libro.
Entonces, ¿la guerra contra la droga una mentira? “En parte”, contesta sin importarle el estar poniendo en cuestión uno de los pilares políticos que ha defendido cualquier presidente en el Despacho Oval.
Solo bajo la presidencia de Barack Obama, según él, se han conseguido dar dos pasos fundamentales en esa lucha: la legalización de la marihuana en algunos estados y el cambio de las reglas del “Patriot Act” contra el terrorismo para utilizarlo a la hora de luchar contra el blanqueo de capitales.
Precisamente es la legalización la única respuesta que este joven napolitano ve para poder acabar con las mafias y los carteles, el instrumento que puede permitir a los estados controlar qué se vende.
“Yo creo que la legalización es la única vía, aunque con un gran riesgo”, razona mientras trata de explicar las ventajas de un sistema que permitiría "pagar impuestos y no matar”.
Consciente de la radicalidad de su propuesta, propone un proceso escalonado, comenzando con las drogas más blandas (como la marihuana) para acabar permitiendo el comercio de la cocaína o la heroína en el futuro, tal vez dentro de décadas. “La legalización no es el paraíso”, reconoce pero sí un método que permitirá que algunos mafiosos acaben como emprendedores legales y que permitirá “cortar el dinero enorme que tienen las organizaciones criminales”.
Peña Nieto y la extradición
Fue el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, quien con un tuit (la famosa frase "Misión cumplida") anunció al mundo la recaptura de "El Chapo" en enero. Con la devolución del criminal a las paredes del Altiplano, Peña Nieto trató de ponerse una medalla y resarcirse de la humillación que tuvo que sufrir cuando pocos meses antes se produjo la fuga del penal de máxima seguridad.
Pero Saviano es muy crítico con el presidente mexicano. "¿Misión cumplida? Se ha escapado dos veces. Y en la cárcel tenía un iPad. Ahora llegan casi a la tortura: le hacen dormir con perros fuera de la celda. Es una puesta en escena", dice él. "Es solo puro teatro", resume.
Igualmente, no cree en la palabra de las autoridades (incluida la de Peña Nieto) que afirman que Joaquín Loera Guzmán acabará en un penal de los Estados Unidos. "Creo que el gobierno hará todo lo posible para no extraditarlo", sostiene sin duda.
¿Las razones? Su conocimiento sobre cómo funcionan las organizaciones criminales le dice que México puede tener miedo de lo que pueda contar a las autoridades estadounidenses: "Cuántos votos a dado a Peña Nieto, cuánto dinero a los empresarios cercanos a Peña Nieto, al gobierno priista ha dado. Esto lo podría decir". Porque no es un secreto que el narco corrompe a las autoridades, está infiltrado y puede seguir extendiendo su cáncer por las instituciones gracias a los dólares y extorsiones con las que se impone.
"El Chapo puede contar perfectamente cómo los empresarios se han relacionado con él y sus negocios", concluye.
Ha pasado más de una hora. Pero él sigue con la misma fuerza hablando de los carteles, "El Chapo", la mafia y el capitalismo, aplazando el final de una entrevista que lo devolverá al anonimato, a la protección, a la realidad de un autor con una vida mutilada. Al final se pone su chaqueta, su gorro.
Vuelve a parecer un ciudadano normal que anda por las calles tratando simplemente de protegerse del frío. Su seguridad y yo sabemos que no es verdad.

