Liz Truss se convierte en primera ministra británica en reemplazo del controvertido Boris Johnson
La hasta ahora ministra británica de Exteriores, Liz Truss, se convirtió este martes en la tercera mujer en llegar al cargo de primera ministra británica tras recibir el encargo formal de la reina Isabel II.
La monarca pidió a Truss que forme un nuevo gobierno en el tradicional acto protolocario del "besamanos", celebrado en esta ocasión en el castillo de Balmoral, Escocia, por la imposibilidad de Isabel II de desplazarse a Londres.
Truss se había convertido el lunes en la líder del Partido Conservador al ganarle las elecciones primarias al extitular de Economía Rishi Sunak.
La política, de 47 años, reemplaza al frente del ejecutivo británico al controvertido Boris Johnson, quien anunció hace dos meses su renuncia tras verse salpicado en numerosos escándalos.
Johnson había consumado su renuncia poco antes. Se acabó despidiendo con un llamativo "esto es todo, amigos".
"Gobernar como una conservadora"
Truss prometió el lunes "gobernar como una conservadora" y cumplir su compromiso de bajar impuestos, resolver la crisis energética y arreglar la sanidad pública.
La flamante primera ministra se presenta como una conservadora en el sentido tradicional de la política británica: euroescéptica y a favor de bajos impuestos.
Se trata de la tercera primera ministra del país después de las también conservadoras Margaret Thatcher (1979-1990) y Theresa May (2016-2019).
"Es un honor", afirmó Truss visiblemente emocionada en un discurso en que rindió tributo a Johnson por su labor a la cabeza del país desde 2019, llevando la salida de la Unión Europea (Brexit) a buen puerto, superando la pandemia y plantando cara al presidente ruso Vladimir Putin por su invasión de Ucrania.
Ante la división interna agravada por esta elección, Johnson llamó por su parte al Partido Conservador a la unidad con Truss. "Ahora es el momento de que todos los conservadores la apoyen al 100%", tuiteó.
Truss llega a la cabeza del gobierno de un país de 67 millones de habitantes tras haber ganado la primaria por 81,000 a poco menos de 40,000, algo que ha llevado a los más críticos a poner en duda cuán representativo es su gobierno de los deseos de los ciudadanos británicos.
De hehco, en un sondeo realizado por YouGov a fines de agosto, 52% de encuestados consideró que Truss sería un "mala" o "pésima" primera ministra. El 43% afirmó que no confía en ella "para nada" a la hora de responder al problema del creciente encarecimiento de la vida, que domina la actualidad desde hace semanas.
La reina Isabel no viaja a Londres
Johnson, que anunció su renuncia hace dos meses obligado por los numerosos escándalos que salpicaron su gestión, pronunció este martes su discurso de despedida en Downing Street (residencia del jefe de gobierno).
Acto seguido viajó a Balmoral, residencia de verano de Isabel II en Escocia, 800 km al norte de Londres, para presentar su renuncia formal a la reina. La monarca encargó más tarde oficialmente a Truss que forme un nuevo gobierno.
Por primera vez en sus 70 años de reinado, Isabel II, de 96 años, no viajó a Londres para esta ceremonia, debido a sus crecientes problemas de movilidad.
Quién es Liz Truss, flamante primera ministra británica
Nacida en Oxford en 1975 de unos padres a los que ha llegado a describir como “a la izquierda de laborismo”, Truss vivió desde los 4 años en Escocia y más tarde en Leeds (norte de Inglaterra).
Su madre, una enfermera y activista contra las armas nucleares, ha accedido a hacer campaña a su favor. Su padre, un profesor de matemáticas, no.
Una cosa que le critican sus detractores es el viraje político que ha dado desde sus tiempos como joven militante del centrista Partido Liberal Demócrata, en los que llegó a mostrarse crítica con la monarquía sólo dos años antes de pasar, en 1996, al Partido Conservador.
Para los críticos, la explicación está en que en el fondo Truss carece de convicciones y prioriza el poder sobre la ideología.
Pero su estilo directo, sus propuestas de reducir el tamaño de la administración estatal y a favor del libre comercio han hecho que los conservadores la vean como alguien genuinamente de los suyos.
Su ascenso ha hecho inevitables las comparaciones con Thatcher. Y como en su momento la dama de hierro, Truss tiene en frente la tarea de gobernar un país azotado por la inflación.