Este jueves un hombre de nacionalidad china fue ejecutado en la horca en Japón tras ser condenado por asesinar a cuatro personas en 2003, informó el Ministerio de Justicia de ese país.
La rara decisión de Japón de ejecutar en la horca a un hombre condenado por asesinato
El hombre de nacionalidad china identificado como Wei Wei fue condenado a la horca por el asesinato de cuatro integrantes de la familia de un comerciante japones en 2003.


El hombre, identificado como Wei Wei, de 40 años, fue sentenciado a la pena de muerte en 2011 por los homicidios de cuatro integrantes de la familia de un comerciante en Fukuoka, en el sureste de Japón.
Esta es la 3 ejecución que se realiza en Japón durante el 2019.
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Las autoridades informaron que Wei actuó con dos cómplices que lograron escapar, pero luego fueron detenidos en China. En el proceso el sentenciado admitió los hechos, pero negó ser el autor intelectual.
Los maleantes robaron los objetos de valor de la casa y tras asesinar al comerciante, su esposa y dos de sus hijos, sumergieron a sus cuerpos en el puerto de Fukuoka.
"Mató a toda una familia feliz por razones muy egoístas. Fue un crimen extremadamente deplorable", dijo Masako Mori, ministra de Justicia en Japón, quien firmó la orden de ejecución este lunes.
En los últimos años y pese al apoyo de un gran número de japoneses, el sistema de pena de muerte en ese país ha generado críticas tanto nacionales como internacionales.
De acuerdo con la agencia AFP, tras la ejecución de Wei, el número de presos esperando en el corredor de la muerte es de 110, de los cuales algunos llevan décadas en el proceso.
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Organizaciones de derechos humanos han pedido una moratoria durante el año de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, pero la ministra de Justicia evitó responder cuando fue interrogada al respecto en una conferencia de prensa.
De acuerdo con información publicada por la cadena BBC, Wei y sus dos cómplices habían ingresado a Japón con visas de estudiante.
Uno de ellos fue ejecutado en 2005, mientras que el otro recibió cadena perpetua a cambio de haberse entregado a las autoridades.
La defensa de Wei había buscado una sentencia menos severa, argumentando que solo era un subordinado. Sin embargo, el Tribunal de Distrito de Fukuoka ignoró la solicitud y le fue impuesta la pena capital.
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