HOUSTON, Texas.- El esposo de Reyna González Ortega sólo necesitaba ayuda. Ella estaba teniendo otro episodio de esquizofrenia, debían trasladarla al hospital y llamaron a la Policía de Houston, como habían hecho antes. Pero esta vez la llegada del agente creó más problemas para esta familia de bajos recursos: levantó cargos de agresión contra la mujer, su custodia fue transferida a inmigración y fue deportada a México.
Tuvo un episodio de esquizofrenia, su familia pidió ayuda a la policía, pero la entregó a ICE y la deportó
Cuando Reyna González fue diagnosticada en 2020 con esquizofrenia, la rutina de la familia cambió: ella se volvió más agresiva y para llevarla al médico habían tenido que pedir el apoyo de la policía. Los agentes siempre les habían apoyado, hasta el 1 de julio. Ese día un episodio médico terminó en la separación de la familia.
"El policía llegó directo, ella estaba sentada en la cama y le preguntó: '¿Golpeaste a tu esposo?'. Mi esposa dijo que no y entonces él le dijo: 'Voltéate, te voy a poner las esposas', la llevó a la patrulla y nos dijo que la iba a llevar a la cárcel", contó a Univision Noticias Luis Antonio Medrano, quien conoció a González hace más de tres décadas mientras cruzaban el río Bravo para llegar a Estados Unidos.
El 1 de julio de 2025 Reyna González fue encerrada en la cárcel del condado Harris, confirmó el Departamento de Policía de Houston. El reporte destaca que la familia explicó al agente que "la mujer sufría problemas de salud mental y no había tomado su medicina". Describe que ella golpeó en la cara a Medrano más de una vez: "Le tumbó el diente frontal superior y también lo abofeteó".
No era el primer episodio mental que Reyna González sufría y en el que su esposo la acompañaba. En 2020, la madre comenzó a actuar de forma extraña y violenta, dijo Medrano. La situación fue empeorando. Desde entonces, tres psiquiatras han confirmado el diagnóstico: esquizofrenia, la más grave. "Fue duro para nosotros, no podíamos ni ir a trabajar porque teníamos que estarla cuidando".
Tampoco era la primera vez que la familia pedía apoyo a la Policía de Houston para trasladar a la madre al hospital psiquiátrico. Lo habían hecho unas tres veces más por sugerencia del personal médico, incluida una oportunidad en diciembre que transcurrió sin ningún problema. "Yo no estaba poniendo cargos y le dije al policía en ese momento. Yo lo que quería era que la llevara al hospital, no a la cárcel".
Cuando fue arrestada por el policía, González Ortega recibía tratamiento para ayudarle con la esquizofrenia, pero también con depresión y ansiedad.
"Esto nos está matando"
El 11 de agosto, los cargos contra Reyna González fueron desestimados por la corte del condado Harris a petición de su esposo, se lee en un documento judicial. Él se fue a la cárcel a esperarla, pero ella nunca salió. Al llamar a la casa de fianzas para pagar una parte de los $5,000, supo que el condado había transferido su custodia al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y que ella podría ser deportada.
"Esto nos está matando a nosotros, es bien duro", dice Medrano al condenar la forma en que las autoridades lo separaron a él y a sus hijos de su madre enferma.
Univision Noticias consultó al Departamento de Seguridad Nacional (DHS) sobre el caso de González Ortega y el conocimiento de la agencia sobre su condición médica. La vocera Tricia McLaughlin respondió en un correo: "Reyna González Ortega, una extranjera criminal ilegal de México, entró a Estados Unidos ilegalmente en una fecha desconocida. En julio, fue acusada por una agresión que causó una herida corporal a un miembro de su familia".
McLaughlin confirmó que la inmigrante estuvo bajo custodia de la agencia. Dijo que le había respondido a los oficiales que le hicieron el chequeo de salud inicial en el centro de procesamiento que "no tenía problemas médicos y que no estaba tomando ningún medicamento".
Medrano contó que la familia batalló para que González tomara sus medicinas mientras estuvo en la cárcel criminal del condado. Lo lograron durante las últimas dos semanas de su estancia allí, pero el tratamiento fue interrumpido de nuevo cuando la llevaron en agosto a los centros de procesamiento de ICE Montgomery y Houston.
Aunque la familia envió múltiples correos a ICE, el esposo condenó que no lograron que la madre retomara su tratamiento en el mes que estuvo en custodia de la agencia federal. Medrano dice que cuando hablaban por teléfono, notaba cómo empeoraba su condición mental.
"Pasó el tiempo y empezó a hablar muchas incoherencias, como que si la querían matar, que la gente la andaba siguiendo, que le hacían bullying ahí las otras muchachas", cuenta Medrano.
La deportación
Después de más de 30 años de vida en Estados Unidos y en el mismo barrio de Houston, Reyna González fue deportada a Reynosa, México, la semana pasada.
La abogada de González, Jessica Basilio, explicó que primero buscará reabrir el caso para pelear la deportación voluntaria firmada por González: "El problema del registro de la corte existente, la corte baja que dio la deportación voluntaria, es que no incluye ningún registro médico, ningún diagnóstico, ningún testimonio de un experto o de un médico; no incluye un estudio psicológico. Entonces es importante reabrir el caso para explicarle a la corte que ella no estaba en sus cinco sentidos".
Luis Antonio Medrano, sus hijos y la comunidad ya no confían en la policía.
Medrano cuenta que fue víctima de un delito violento después del arresto de su esposa, pero prefirió no denunciar ni pedir ayuda: "Con la policía no quiero saber nada (...) Ahí en el barrio nadie quiere hablar con la policía".
Al saber de la deportación de su esposa, él tomó lo poco que pudo —incluidas algunas medicinas de su esposa— se montó en su camioneta y manejó hacia México. Sin conocer su país, dice que a sus 50 años tendrá que empezar de nuevo: buscar un nuevo trabajo y también nuevos médicos para Reyna González.
Con la voz quebrada recordó que sin conocerla, hace décadas la ayudó a cruzar el río y la frontera para llegar a Estados Unidos. "La levanté, la cargué (...) Yo siempre la cuidé". Después de eso, se reencontraron y no volvieron a separarse. Reyna González se convirtió en su primera y única novia; luego en su esposa y la madre de sus cuatro hijos —mayores de edad—, que se quedarán en Estados Unidos.
Ahora, Medrano hará lo mismo, pero a la inversa: "Yo la tengo que cuidar. No la puedo dejar solita así como anda (...) En esta vida uno escoge una mujer para toda la vida y así va a ser".
