Mimi Soltysik, el candidato socialista más 'revolucionario' que Bernie Sanders
LOS ÁNGELES, CALIFORNIA. Con medio cuerpo tatuado, su camiseta de una película de horror de los '70 y sus ojos de nerd devorador de libros, Mimi Soltysik podría ser confundido con algunos simpatizantes de Bernie Sanders, el candidato "insurgente" a la nominación presidencial demócrata.
Pero Soltysik, de 41 años, se autodefine como un socialista real y a él le dejan indiferente las promesas de revolución del senador por Vermont que han conquistado a millones de izquierdistas.
Soltysik fue nominado en octubre como candidato a la presidencia del Socialist Party USA (Partido Socialista EEUU) en una pequeña convención de unos 50 miembros en Milwaukee, Wisconsin, y desde entonces ha liderado una campaña marginal.
Mientras Sanders congregaba a multitudes por todo el país, Soltysik y la aspirante a la vicepresidencia por el partido, Angela Walker, han celebrado un puñado de eventos underground en lugares como Denver, Philadelphia o Indianapolis.
Cuando Sanders debatía contra la exsecretaria de Estado Hillary Clinton en televisión, él prefería sentarse en el sofá en su modesto apartamento de Los Ángeles a leer al teórico marxista italiano Antonio Gramsci o escuchar el saxo de Miles Davis.
Para él, la campaña de primarias de los dos grandes partidos es un "circo diseñado para que las televisiones saquen beneficio".
Pero a pesar de este desinterés, Soltysik y los militantes de su partido reconocen que le deben mucho al senador Sanders. Al definirse como socialista, el candidato a la nominación demócrata ha roto un tabú en la campaña electoral y ahora partidos minoritarios que se identifican con esa ideología están recibiendo un nivel de atención inusual.
"Estamos en un momento crítico. Tenemos que aprovechar esta oportunidad antes de que pase para expandir el diálogo e incluir a la gente que se acaba de interesar por estas ideas", dice Soltysik durante una entrevista reciente en su apartamento. "Mucha gente viene ahora a nosotros y nos dicen que no sabían que existía un partido socialista".
Nuevos socialistas
Relegado durante décadas a la marginalidad, el Socialist Party USA es uno de varios minúsculos partidos llamados socialistas que esperan crecer en noviembre gracias al apoyo de simpatizantes que han votado a Sanders durante las primarias y que podrían darle la espalda a Clinton en noviembre. Entre estos partidos se encuentran también Socialist Alternative y Peace and Freedom, aunque encuestas señalan que el Partido Verde y el Partido Libertario podrían ser la principal alternativa de estos demócratas desencantados.
Soltysik dice que desde que Sanders comenzó a expandir su movimiento, su partido también ha crecido. Mientras Sanders sumaba millones de seguidores, ellos agrandaban sus filas en unos cuantos miles.
"Nunca había visto algo así en los seis años que llevo en el partido", dice Soltysik. Desde principios de año, el Socialist Party USA se ha expandido a nuevos lugares con la presencia de organizadores locales en Albuquerque, Nuevo Mexico; Portland, Oregon; Austin, Texas; el sur de Maine y el sur de Alabama.
En redes sociales, las distintas cuentas del Socialist Party USA a nivel local y nacional han añadido miles de seguidores. La principal de Facebook tiene más de 9,400.
La sensación de que éste es un momento especial es compartida por otros grupos. "Los viejos izquierdistas de toda la vida están emocionados", dice la compañera de Soltysik, Lynn Lomibao, que ejerce como copresidenta de la filial del partido en Los Ángeles.
"Es probablemente la primera vez desde Eugene Debs (fundador del histórico Socialist Party of America) que la idea del socialismo recibe una acogida masiva", dice Lomibao, "todo el mundo está expectante".
La izquierda socialista de Estados Unidos espera recuperarse de la "resaca de la Guerra Fría", el período en que eran vistos como sospechosos de colaborar con el enemigo.
La percepción negativa aún es masiva como muestra una encuesta de Gallup de julio del año pasado, antes de que Sanders comenzara a congregar multitudes. Solo un 47% de los encuestados dijo que votaría a un nominado de su partido que aun cuando estuviera bien cualificado resultara ser un socialista, un calificativo mucho menos atractivo que ateo, musulmán o gay.
"Cáncer capitalista"
El Socialist Party USA surgió en 1973 después de una escisión del Socialist Party of America de Debs en la que algunos miembros decidieron integrarse al Partido Demócrata y otros optaron por mantener alzada la bandera socialista.
Solo ocupan un cargo electo actualmente (en un distrito escolar de Nueva Jersey) y sus números en las elecciones presidenciales han sido paupérrimos desde su creación.
Con sus 4,430 votos en 2012 no llegaron ni siquiera a hacerle sombra a los terceros partidos más poderosos, como el Partido Libertario, con 1,275,821, o el Partido Verde, con 468,907.
Pero para estos socialistas el proceso electoral es secundario. "El pueblo y no los candidatos liderarán la revolución", dice Solytisik, "Mucha gente nos pregunta, '¿por qué hacen campaña si no van a ganar?'. Sí. Sabemos que no vamos a ganar pero para nosotros ganar no significa ganar la elección en cuestión de total de votos. Ganar para nosotros significa que estamos contribuyendo a construir relaciones para avanzar la causa revolucionaria".
La plataforma con la que el partido se presenta a las elecciones promete "la abolición de toda forma de dominación y explotación".
Al lado de la agenda del Socialist Party USA, las propuestas de Sanders suenan conservadoras. Entre otras cosas, proponen abolir la policía, la CIA y el FBI; que Estados Unidos salga de la OTAN, el FMI y el Banco Mundial; recortar de inmediato un 50% el presupuesto militar; derecho a la ciudadanía una vez que se demuestren seis meses de residencia y una semana laboral de 30 horas con derecho a seis semanas de vacaciones pagadas.
Para ellos, Sanders es un "reformista" (un término que usan peyorativamente) cuyas propuestas no acabarían con el "cáncer que es el capitalismo".
"No puedes curar un tumor con paños calientes", dice Soltysik a quien la educación y sanidad universal le parecen medidas insuficientes. "Sanders dice que es un socialdemócrata, pero lo que defiende son políticas demócratas como las del New Deal, políticas socialdemócratas como la expansión del estado de bienestar, una cobertura social más fuerte, ese tipo de cosas".
Del rock a la política
Soltysik descubrió el socialismo hace relativamente poco, o como él prefiere decir, el socialismo le descubrió a él.
Tocó en un grupo de rock entre los 16 y los 32 años y decidió abandonar esa vida cuando se dio cuenta de que el abuso de las drogas estaba perjudicando severamente a su salud. Se graduó en ciencia política por la Troy University de Alabama y el año pasado obtuvo un Masters en administración pública en la California State University.
"Pasé tanto de mi vida destruyéndome que eso me pasó factura y no me queda mucho tiempo más. La vida pasa muy rápido. Me gustaría emplear la energía que me queda en atacar el tumor capitalista".
Su compañera Lynn dice que Soltysik también es una de las razones por las que el partido está creciendo. "Él es carismático, intenso y buen comunicador. Tiene un conocimiento teórico sólido pero lo transmite de una forma que todos lo pueden comprender".
El candidato está entusiasmado con la recepción que han tenido sus video town halls, eventos por videoconferencia en los que él responde a preguntas de sus simpatizantes y aprende sobre las inquietudes de estos.
También se alegra por la participación de voluntarios techies y artistas que están modernizando la imagen del partido.
"Tenemos que empaquetar nuestro mensaje de modo que sea visualmente atractivo", dice, "yo crecí como un adolescente fascinado por el punk rock y la imagen siempre ha sido importante para mí".
El candidato admira a varios de los movimientos de izquierda radical latinoamericanos como el Movimiento de los Trabajadores Brasileños sin Tierra o el del guerrillero zapatista subcomandante Marcos.
Uno de sus tatuajes en el antebrazo es una cita del mexicano Marcos: "Nuestras armas son nuestras palabras y podremos necesitar nuestro arsenal en cualquier momento".
Soltysik está entregado por completo a la causa socialista. Cuando no hace campaña de modo oficial, también se dedica a promover su ideario para The Maggie Phair Institute, una fundación que trata de educar a los jóvenes desde una perspectiva de izquierda.
Dice que espera que su partido obtenga más votos en noviembre que en 2012, pero resta importancia al resultado: "El día de las elecciones no es realmente importante. Hay que construir la revolución a diario".
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