Una tormenta política, paralela a la del huracán Matthew en su desplazamiento hacia Florida, se formó en los cielos de la campaña electoral a raiz de unos anuncios de Hillary Clinton que estaban programados para salir en The Weather Channell.
La tormenta de los anuncios de Hillary Clinton en Weather Channel que iban a coincidir con el paso de Matthew
Lo que en condiciones normales sería un compra rutinaria de espacios publicitarios para Florida en el canal del tiempo fue señalada como oportunista por algunos. Al final, los demócratas prefirieron esperar a que pase la tormenta.


De acuerdo con la publicación Politico, la demócrata había comprado US$ 63,000 en espacios por los próximos cinco días, cuando previsiblemente el Weather Channel registre un notable aumento de audiencia, sobre todo en el estado swing o péndulo que más interesa en estas elecciones.
Sin embargo, desde la campaña demócrata aseguran que se trató de una coincidencia y decidieron posponer la presentación de los anuncios a que Matthew pase.
“Más temprano en la semana hicimos cambios en nuestras compras de anuncios de TV en cientos de estaciones en varios estados importantes, incluyendo Florida. Menos del 1% de esos cambios incluyeron el Weather Channel”, explicó a Univision Jorge Silva, portavoz de la campaña de Clinton
“Hemos solicitado que las estaciones en Florida pospongan cualquiera de esos anuncios en el Weather Channel hasta que la tormenta pase”, afirmó Silva.
Desde el punto de vista de mercadeo puede ser muy lógico eso de estar donde los consumidores estén, pero políticamente es una medida riesgosa que puede resultar contraproducente para la campaña.
“Si (se percibe que) están haciendo política en un momento en el que el país tiene sus oraciones con las personas afectadas, creo que les puede salir mal”, dijo a Fox News el representante Greg Walden, presidente del Comité Nacional Republicano del Congreso.
El desafío político de la naturaleza
Matthew, como todo potencial desastre natural, representa un desafío para los dos principales aspirantes a la Casa Blanca.
Los portavoces de las campañas de Hillary Clinton y Donald Trump se han limitado a expresar su preocupación por la devastación que podría dejar la inminente llegada de la tormenta a Florida.
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Pero en los cálculos estratégicos está cómo van a responder en los días posteriores al paso del huracán, cuando posiblemente se cuenten por decenas de miles las personas afectadas por el fenómeno y por miles de millones las pérdidas.
El legendario huracán Katrina, en 2005, o Sandy, en 2012, representaron momentos de quiebre para la clase política.
En el primero, por el desastroso manejo del gobierno de George W Bush y en el segundo por lo “indebidamente” cercano que para algunos conservadores lució el gobernador republicano de Nueva Jersey Chris Christie a Barack Obama, pocos días antes de los comicios en los que el presidente salió reelegido.
Cuando Matthew haya pasado y cuando se sepa qué daños dejó en su trayectoria, los candidatos tendrán que mandar un mensaje a quienes estén padeciendo sus efectos, sobre todo en la zona de Orlando que aunque no está en el paso del ciclón es el área donde se define el resultado electoral en el estado.
Los aspirantes a la Casa Blanca deberán buscar un difícil equilibrio entre el mensaje proselitista y la expresión de solidaridad que suene sincera a millones de potenciales votantes de Florida.
Con seguridad tanto Trump como Clinton estarán tentados de darse un paseo por las zonas afectadas, algo que suelen hacer los candidatos por áreas de desastre, aunque a las autoridades locales nunca les cause mucha gracia tener toda la parafernalia de seguridad y prensa que desembarca con las campañas.
Una visita oportuna a Florida puede terminar de inclinar la balanza en el estado swing más importante para las elecciones del 8 de noviembre.
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