Dos estudiantes expulsadas por sus comentarios racistas demandan ahora a su colegio católico por un millón de dólares

El escándalo surgió a raíz de una convocatoria a protestar por la muerte de un hombre negro tiroteado por policías francos de servicio.

Protestas en Chicago
Protestas en Chicago
Imagen Getty Images

Los padres de dos estudiantes blancas de secundaria, expulsadas de un colegio católico de Chicago por escribir mensajes racistas, demandaron esta semana a la escuela por más de un millón de dólares. Alegan que los textos fueron alterados y además escritos en un contexto confidencial.

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Los demandantes dijeron que sus hijas fueron “difamadas, tildadas de racistas y utilizadas como chivos expiatorios” por las autoridades de la Escuela Secundaria Marista del barrio de Mount Greenwood, en Chicago, en respuesta a la exposición mediática que sufrió la institución tras los mensajes diseminados por las redes sociales, indica la querella judicial.

El incidente se remonta al pasado 7 de noviembre, dos días después del homicidio de Joshua Beal, un hombre negro de 25 años de edad muerto a balazos en un tiroteo en Mount Greenwood con dos agentes de la policía de Chicago.

Tras el homicidio, miembros del movimiento Black Lives Matter, que protesta contra las muertes de negros a manos de agentes de policía, organizaron una protesta que debían llevar a cabo en el barrio.

Antes de la protesta, indica la querella judicial, alguien envió un mensaje de texto a un grupo en el que estaban las dos estudiantes expulsadas -que no fueron identificadas- indicando que los integrantes de Black Lives Matter traerían a la manifestación a integrantes de una pandilla para “matar a todos los niños blancos en venganza” por la muerte de Beal.

A raíz de ese mensaje, una estudiante contestó en el grupo: “Odio a los jodidos negros”, utilizando la vulgar expresión inglesa “niggers”.

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Otra estudiante respondió “Ja, ja ja”, una tercera dijo “Lo mismo” y una cuarta estudiante expresó: “Hay una diferencia entre la gente negra y los negros (niggers). Que se jodan los negros”.

La conversación, según los abogados de los demandantes, se dio dentro de un grupo creado para un retiro espiritual y donde se supone que los mensajes intercambiados fuesen de naturaleza confidencial para garantizar que todos los participantes hablaran con franqueza.

Alguien luego tomó una foto a los mensajes, según los demandantes, “alteró” algunos y los distribuyó por las páginas de Twitter y Facebook oficiales de la escuela, así como por la cuenta de Twitter del director escolar Larry Tucker.

“Según mis clientes, otra estudiante, a quien una de mis clientes no le cae particularmente bien, editó de alguna manera estos chats para que pareciera más incriminatorio. Parecía ser una declaración más abiertamente llena de odio racista cuando le quitaron el contexto. Es una venganza personal”, dijo al diario Chicago Tribune el abogado de las demandantes, Steven Glink.

Tras el incidente la Escuela Marista expresó públicamente que estaba “devastada por esta situación” y que había tomado medidas disciplinarias contra las involucradas.

A raíz del incidente la escuela expulsó a las dos estudiantes que demandaron a la escuela y suspendió a otras tres de un total de 32 personas que estaban en el grupo.

Los abogados de las demandantes sostuvieron que las chicas fueron expulsadas sin “acusaciones formales de mal comportamiento, sin escuchar una explicación de las demandantes sobre sus comentarios y sin ningún proceso disciplinario formal”.

Las adolescentes ahora exigen que les devuelvan 65,000 dólares en matrícula pagada a la escuela y un millón de dólares a cada una en compensación.