El caso de la desaparición de una joven de Colorado, que alcanzó connotación nacional en 2018, ha llegado a su fin.
Un asesinato "salvaje y sin sentido": cadena perpetua para un joven de Colorado que mató a su prometida y quemó el cuerpo
La desaparición de Kelsey Berreth, de 29 años, atrajo atención nacional en 2018. Un año después, Patrick Frazee —su prometido y padre de su hija de un año— fue hallado culpable de asesinarla y sentenciado a cadena perpetua sin derecho a libertad condicional.


Este lunes, su prometido fue sentenciado a cadena perpetua sin derecho libertad condicional, luego de que un jurado lo declarara culpable de asesinarla con un bate de béisbol y quemar su cuerpo para destruir evidencia.
Patrick Frazee —un hacendado de 33 años— también fue sentenciado a una condena adicional de 156 años, luego de que los fiscales decidieran previamente que no buscarían la pena de muerte.
Su prometida, una instructora de vuelos de 29 años llamada Kelsey Berreth, había desaparecido en diciembre de 2018 y su cuerpo nunca fue encontrado. Desde el inicio de la investigación para averiguar su paradero, Frazee fue un sospechoso clave.

Al anunciar la sentencia este lunes, luego de unas cuatro horas de deliberación del jurado, el juez Scott Sells se dirigió a Frazee:
"Tus acciones fueron salvajes, sin sentido, sin razón ni explicación".
Los fiscales no han establecido qué motivó el asesinato, aunque los padres de Berreth argumentaron en una demanda por homicidio culposo que creen que Frazee quería la custodia total de la hija de la pareja, que ahora vive con ellos.
Según el testimonio de varios testigos Frazee había acusado a Berreth de abusar de la niña, aunque los investigadores aseguraron que no existía evidencia para sustentar esos señalamientos.
Testimonio de una colaboradora
Los fiscales contaron con poca evidencia física en este caso.
La decisión final recayó mayormente en el testimonio de Krystal Lee, una exenfermera que conoce a Frazee desde hace más de una década, y la ubicación de los teléfonos celulares de Frazee y Berreth en los días posteriores a la desaparición de la joven.
Luego de aceptar colaborar con los investigadores a cambio de una reducción de sentencia, la mujer admitió su participación en el encubrimiento del crimen.

Lee testificó que Frazee le pidió limpiar la escena del asesinato (la casa de la pareja) y que lo vio quemar una bolsa de plástico en la que piensa que estaba el cuerpo de Berreth.
La mujer también declaró haberse llevado el teléfono celular de Berreth al estado de Idaho donde vive, a pedido de Frazee, para tratar de engañar a los investigadores sobre el paradero de la joven, enviando mensajes de texto desde una locación lejana. Ambos querían simular que la joven había huído de su casa por voluntad propia.
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Según su relato, Frazee cubrió los ojos de Berreth con un suéter y le pidió que oliera unas velas antes de comenzar a golpearla con un bate de béisbol, mientras la hija de ambos estaba en otra habitación de la casa.
Uno de los testimonios más conmovedores del juicio fue el de Cheryl Berreth, la madre de la víctima, quien dijo en una carta a la corte que el asesino de su hija la torturó hasta la muerte y dejó a su pequeña nieta "llamando a mamá en medio de la noche".
"No solo mató a nuestra hija, la madre de su niña, sino que eligió una muerte horrible para ella", dijo.
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