La justicia estadounidense le ha dado un duro revés a un hombre de Florida que por más de dos décadas reclutó a jóvenes y niñas a través de una falsa fundación y usando el engaño de que ahorraría las ganancias por trabajar como bailarinas exóticas y prostitutas para “retirarse” siendo veinteañeras.
Ofrecía ayuda a mujeres abusadas para luego prostituirlas: debe pagarles $14 millones a ellas
William Foster pasará prácticamente el resto de su vida en la cárcel y está obligado a pagar una compensación millonaria a sus víctimas por haber tenido durante más de 20 años una organización dedicada a la trata de jóvenes, algunas de las cuales eran menores de edad.

William D. Foster, de 50 años, pasará prácticamente el resto de su vida en una prisión federal por una sentencia a seis décadas tras las rejas que le impusieron esta semana. Un juez también le decomisó 3.4 millones de dólares y le ordenó pagarles más de $14 millones en restitución de daños a sus víctimas.
Lo que describe la Fiscalía federal es un esquema criminal que atrapaba a estas mujeres de tal manera que les era casi imposible escapar mientras eran prostituidas en Florida, Nueva York, Nueva Jersey, Michigan y Nevada. Quienes lo lograron se fueron sin un centavo y con el trauma por los abusos.
Una de las víctimas de Foster fue rescatada en la habitación de un hotel en Detroit, Michigan, gracias a que ella pidió ayuda al teléfono nacional contra la trata de personas, una estrategia de la organización Polaris.
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Los investigadores descubrieron que este proxeneta hizo crecer su empresa criminal de una manera sui generis: diseñó un portal de internet que fingía ser de un grupo que ofrecía ayuda a sobrevivientes de tráfico humano. “Su plan, sin embargo, no era salvar a nadie, sino atraerlas a su negocio de sexo comercial”, describe un comunicado del Departamento de Justicia (DOJ).
En un momento dado hubo hasta 15 jóvenes y niñas en las garras de Foster, quienes seguían a su lado “a través de la manipulación, mentiras y amenazas”, afirman los fiscales. Algunas de ellas eran bailarinas exóticas en clubes nudistas en el sur de Florida, otras eran obligadas a tener relaciones con clientes de varios estados. Fue así como este hombre amaso una fortuna que finalmente le arrebató el gobierno.
Otro de sus métodos para convencer a estas mujeres era prometerles “que invertiría sus ganancias para que pudieran jubilarse a los 20 años, lo cual no era cierto”, señala el comunicado.
Lo que en realidad sucedía era que les exigía prostituirse y bailar sin ropa durante ocho horas al día, seis días a la semana, sin permitirles descansar más de un día “y se quedaba con todo su dinero”.
Por medio de la coacción psicológica y amenazas las mantenía a raya: cada vez que ellas querían comprar comida, ropa o productos de higiene personal tenían que pedirle permiso, según el gobierno.
Una práctica común en este tratante era tener relaciones sexuales con sus víctimas, algunas de las cuales eran menores, y exigirles hacer dietas extremas y someterse a cirugías para bajar de peso.
Foster se declaró culpable en marzo de cargos de conspiración para cometer tráfico sexual, tráfico sexual a un menor por la fuerza, lavado de dinero y varios otros delitos.
Dos de sus cómplices, Ashleigh Holloway, de 37 años, y Hanah Chan, de 32, confesaron en un tribunal que cometieron fraude bancario en relación con esa operación delictiva.
Los tres serán sentenciados el próximo 11 de octubre en una corte federal de Miami.










































