Una monja se declara culpable de robar más de 835,000 dólares de su escuela para gastarlos en casinos y compras
Durante 10 años, hasta septiembre de 2018, la madre Mary Margaret Kreuper usó buena parte del dinero que administraba en la escuela católica St. James, en Los Ángeles, para actividades bastante mundanas, como juegos en casinos o gastos personales en tarjetas de crédito.
El robo de fondos de la escuela asciende más de 835,000 dólares, según determinó una investigación conjunta del FBI, el IRS y el Departamento de Policía de Torrance, en California, indica un comunicado del Departamento de Justicia.
Este martes, Kreuper, de 79 años, fue acusada de un cargo de fraude electrónico y otro de blanqueo de dinero. Junto con la información penal, los fiscales presentaron un acuerdo en el que l a religiosa ya jubilada aceptó declararse culpable de los dos cargos que conllevan una pena máxima legal de 40 años en una prisión federal.
Durante 28 años, Kreuper se desempeñó como directora de la mencionada escuela donde era la responsable de administrar el dinero que recibía la institución educativa por el pago de las matrículas y las cuotas regulares de los alumnos, así como las donaciones de caridad.
Bajo su control también estaban las cuentas en una cooperativa de crédito, incluyendo una cuenta de ahorros para la escuela y otra establecida para pagar los gastos de manutención de las monjas empleadas por el centro, explica el comunicado de la fiscalía.
A lo largo de una década, Kreuper estuvo desviando el dinero del colegio a la cuenta del convento de St. James y a la cuenta de ahorros, como admitió en su acuerdo de culpabilidad.
Al ordenarse como monja, Kreuper hizo un voto de pobreza. Pero los investigadores determinaron que la religiosa utilizó los fondos desviados "para pagar gastos que la orden no habría aprobado, y mucho menos pagado, incluyendo grandes gastos de juego incurridos en casinos y ciertos cargos de tarjetas de crédito", dice el comunicado.
Alteró y destruyó los registro financieros
En el acuerdo de culpabilidad, Kreuper admitió además que falsificó informes mensuales y anuales a la administración de la escuela para encubrir su conducta fraudulenta e "hizo creer a la escuela St. James y a la administración que las finanzas de la escuela se estaban contabilizando adecuadamente y que sus activos financieros estaban debidamente salvaguardados, lo que, a su vez, permitió a la acusada Kreuper mantener su acceso y control de las finanzas y las cuentas de la escuela y, por lo tanto, seguir operando el esquema fraudulento".
La información criminal también alega que Kreuper dirigió a los empleados de la escuela St. James para alterar y destruir los registros financieros durante una auditoría de la escuela.
Kreuper admitió que, en el transcurso de la trama, causó pérdidas a la escuela católica St. James por un total de 835,339 dólares.
La monja retirada ha accedido a comparecer ante un tribunal de distrito para una audiencia el 1 de julio.
"Tan pronto como fue confrontada, aceptó la plena responsabilidad por lo que había hecho y ha cooperado completamente con las fuerzas del orden y la Arquidiócesis", dijeron los abogados en un comunicado en el que alegan que su clienta "ha estado sufriendo una enfermedad mental que nubló su juicio y la llevó a hacer algo que de otro modo no habría hecho".
Cuando se conoció en 2018 el manejo irregular de Kreuper, en el que también se mencionaba a otra monja identificada como Lana Chang, la Arquidiócesis de Los Ángeles emitió un comunicado desvinculándose de los hechos delictivos.
“Como comunidad religiosa, no defenderemos las acciones de nuestras hermanas”, decía el comunicado de la Arquidiócesis. “Lo que pasó está mal. Nuestras hermanas asumen toda la responsabilidad por las decisiones que tomaron y están sujetas a la ley”.
Las dos religiosas fueron apartadas de todo ministerio público y colocadas en una casa de la congregación bajo la supervisión de la dirección de la comunidad.