Peter Griffin es un hombre de 78 años que fue abogado y detective de la Policía de San Diego, California. Pero en vez de gozar de su jubilación, se dedicó a operar varios prostíbulos que ilegalmente ofrecían servicios sexuales de mujeres a través de la internet, afirma una acusación federal.
El detective retirado acusado de manejar cinco prostíbulos en California y Arizona
Estos negocios ilícitos funcionaban usando la fachada de salas de masajes terapéuticos, una práctica común de los traficantes sexuales. El agente acusado era parte de un equipo policial en San Diego, California, que precisamente se encargaba de combatir esa actividad ilícita.

Griffin fue arrestado hace unos días cuando salía de su casa en San Diego y compareció el viernes en una corte federal de esa ciudad. El Departamento de Justicia (DJO) le imputó cuatro cargos de conspiración para realizar viajes interestatales en ayuda del crimen organizado, lavado de dinero, conspiración para cometer fraude electrónico y declaración falsa a un prestamista hipotecario.
Esto delitos conllevan penas que sumarían hasta 75 años de prisión, lo que significaría una cadena perpetua para el policía retirado. Además, él enfrenta una multa de 2.5 millones de dólares.
La prostitución es ilegal en Estados Unidos y, en el caso de Griffin, hay un agravante de peso: era parte de un equipo policial que se encarga de combatir esa actividad delictiva.
El gobierno alega que este anciano era dueño y operaba junto con sus tres cómplices al menos cinco burdeles en California y Arizona, los cuales tenían la fachada de negocios de masajes terapéuticos.
Estos sitios clandestinos estuvieron bajo el mando de Griffin y los coacusados desde 2013 y hasta hace unos días. La mayor parte de la acusación se encuentra sellada por orden de un juez de San Diego.
Sus presuntos cómplices son Kyung Sook Hernández, de 58 años; y Yu Hong Tan, de 56. Estas personas fueron detenidas el jueves y comparecieron al día siguiente en una corte de dicha ciudad. Un cuarto acusado, cuyo nombre no ha sido revelado, se encuentra prófugo.
“Su presunto esquema delictivo incluía el uso de celulares, internet y canales bancarios para registrar sus negocios; publicitar servicios sexuales comerciales en internet; emplear a varias mujeres para realizar servicios sexuales comerciales en los negocios; administrar las finanzas de los negocios ilícitos; y beneficiarse financieramente de su empresa ilegal”, describe un comunicado.
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Los fiscales señalan que Griffin fue detective en la Unidad de Operaciones Vice de la Policía de San Diego, que se encarga de desmantelar prostíbulos y otros negocios ilícitos en esa ciudad.
Pero en los últimos meses él fue el objetivo de la unidad de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI), el equipo de investigaciones criminales del Servicio de Rentas Internas (IRS), la fuerza policial contra la trata de personas en San Diego y la Policía de Tempe, en el estado de Arizona.
Hace un año otro policía de San Diego fue sentado en el banquillo de los acusados. Marco Garmo, quien era capitán de los alguaciles del condado, reconoció haber actuado como “consultor” de un empresario cuya propiedad resultó afectada legalmente por albergar a un dispensario de marihuana sin licencia.
En otra ocasión, el policía le llamó a su primo, quien operaba otra tienda clandestina de la hierba, para advertirle que agentes del orden estaban a punto de realizar un cateo. Eso le permitió ocultar efectivo y “productos valiosos”.
Su proceso legal incluía cargos por comprar unas 150 armas de fuego y revenderlas casi todas. Al dictar la sentencia en marzo de 2021, el juez Gonzalo Curiel dijo que la conducta del expolicía demostró arrogancia y llegó a un nivel en el que estaba "casi convirtiéndose en una especie de jefe de la mafia".
Pero Garmo recibió una sentencia bastante indulgente: dos años de prisión.














































