Lo condenaron a muerte por un asesinato que dicen que cometió su padre, pero no pide clemencia y espera ser ejecutado
Un hombre cuya ejecución está programada para septiembre por el asesinato en 1996 de una estudiante de danza de la Universidad de Oklahoma planea rechazar la posibilidad de una audiencia de clemencia, a pesar de que sigue sosteniendo que es inocente.
Anthony Sánchez, de 44 años, declaró en una entrevista telefónica con la agencia AP el jueves desde el corredor de la muerte de Oklahoma que, incluso en el raro caso de que la Junta de Indultos y Libertad Condicional, compuesta por cinco miembros, recomiende la clemencia, es poco probable que el gobernador Kevin Stitt la conceda.
"Me he sentado en mi celda y he visto cómo un preso tras otro recibía clemencia y cómo se la denegaban", dijo Sánchez. "De cualquier manera, no les va bien a los reclusos".
Sánchez citó los casos recientes de Bigler Stouffer y James Coddington, ambos ejecutados después de que la junta votara 3-2 a favor de un indulto que posteriormente fue rechazado por Stitt.
"Salieron ahí fuera y se desahogaron", dijo Sánchez. "¿Por qué querría formar parte de algo así, si te vas a sentar ahí y vas a ilusionar a esos tipos?".
El gobernador de Oklahoma perdonó a un condenado a muerte
Solo una vez, en 2021, a horas de su ejecución, el gobernador Stitt concedió clemencia a Julius Jones, conmutando la pena de muerte de por cadena perpetua, sin libertad condicional.
El caso de Jones había llamado la atención de la celebridad Kim Kardashian y de deportistas profesionales vinculados a Oklahoma, como las estrellas de la NBA Russell Westbrook, Blake Griffin y Trae Young, y el quarterback de la NFL Baker Mayfield. Todos ellos instaron a Stitt a conmutar la pena de muerte de Jones y perdonarle la vida.
Sánchez, que mantiene su inocencia, dijo que ya no está trabajando con sus abogados de oficio, pero Mark Barrett, que representa a Sánchez, dijo que fue designado por un juez federal.
"Si hubiéramos sido contratados y el cliente ya no nos quisiera, ese sería el final", dijo Barrett. "Cuando hay un nombramiento, el juez tiene que liberarte de tu nombramiento".
La Corte de Apelaciones Penales de Oklahoma rechazó en abril una petición de los abogados de Sánchez para celebrar una vista probatoria en la que alegaban que el difunto padre de Sánchez, Thomas Glen Sánchez, era el verdadero asesino de Juli Busken, de 21 años.
Cómo fue el asesinato en 1996 y por qué culparon a Anthony Sánchez
Busken, de Benton, Arkansas, acababa de terminar su último semestre en la OU cuando fue secuestrada el 20 de diciembre de 1996 en su complejo de apartamentos de Norman. Su cuerpo fue encontrado esa misma noche. La habían violado y disparado en la cabeza.
El asesinato permaneció sin resolver durante años hasta que el ADN recuperado de su ropa vinculó a Anthony Sánchez con el crimen. Fue declarado culpable de violación y asesinato y condenado a muerte en 2006.
Un investigador privado contratado por un grupo contrario a la pena de muerte sostiene que las pruebas de ADN pueden haber estado contaminadas y que un técnico de laboratorio inexperto comunicó erróneamente al jurado la solidez de las pruebas.
Pero el ex fiscal del distrito del condado de Cleveland, Tim Kuykendall, ha dicho que había otras evidencias que vinculaban a Anthony Sánchez con el asesinato, incluidas pruebas balísticas y una huella de zapato encontrada en la escena del crimen.
"Sé por haber pasado mucho tiempo en ese caso, que no hay una sola prueba que apuntara a nadie más que a Anthony Sánchez", dijo Kuykendall. "No me importa si cien o mil personas confiesan haber matado a Juli Busken".
Un breve repaso a la historia de las ejecuciones en Oklahoma
Oklahoma reanudó la ejecución de la pena de muerte en 2021, poniendo fin a una moratoria de seis años provocada por las preocupaciones sobre sus métodos de ejecución.
El estado tenía una de las cámaras de la muerte más activas del país hasta que surgieron problemas en 2014 y 2015.
Richard Glossip estaba a horas de ser ejecutado en septiembre de 2015 cuando los funcionarios de prisiones se dieron cuenta de que habían recibido el fármaco letal equivocado. Más tarde se supo que el mismo fármaco equivocado se había utilizado para ejecutar a un recluso en enero de 2015.
Las confusiones de fármacos se produjeron después de una ejecución fallida en abril de 2014, en la que el recluso Clayton Lockett luchó en una camilla antes de morir a los 43 minutos de su inyección letal y después de que el jefe de prisiones del estado ordenara a los ejecutores que se detuvieran.