Oregon cuenta con el mayor porcentaje de viajeros en bicicleta en el país, el primer programa de cobro por milla conducida y un aire de los más limpios entre las ciudades del país. Y con su recién aprobada ley de transporte, este famoso paraíso progresista será también el primer estado con un impuesto sobre las bicicletas.
La controversial medida de Oregon, uno de los estados más verdes: acaba de poner un impuesto a las bicicletas
La cuota de 15 dólares que tienen que pagar las nuevas bicicletas es una forma extraña para que el estado priorice el transporte activo.


Oregon, que no recauda impuestos sobre las ventas regulares, exigirá a los compradores de las nuevas bicicletas de adultos, con precios de 200 dólares y más, que paguen 15 dólares en impuestos a partir del otoño. Con costos de administración anuales fijos de simplemente 100,000 dólares, se espera que el impuesto recaude 1.2 millones de dólares al año para el programa Connect Oregon del Departamento de Transporte (DOT) de Oregon, que ayuda a financiar proyectos que atienden varias formas de transporte.
Los legisladores que apoyan el impuesto—una idea que flotó durante años en las sedes de gobiernos en Oregon, Washington y otros estados—"consideraron que las bicicletas deben contribuir al sistema, los propietarios de bicicletas deben contribuir al sistema, independientemente del hecho de que la mayoría de ellos también posee un coche", dijo a Oregon Public Broadcasting en mayo el senador Lee Beyer, quien ayudó a redactar el proyecto de ley.
Mirar las bicicletas y declarar " ¡pónganles un impuesto!" podría aparecer poco tradicional para Oregon, típicamente un bastión del transporte activo. De hecho, los defensores del ciclismo dicen que esto no tiene sentido.
"Felicidades a Oregon por su absurdo impuesto a las bicicletas que no logra ningún objetivo discernible de transporte excepto desincentivar la demanda por nuevas bicicletas", escribió Angie Schmitt en Streetsblog.
Jonathan Maus criticó la situación en Bike Portland: " Estamos gravando el medio de transporte más sano, más barato, más ecológico, más eficiente y más económicamente sostenible que la especie humana haya concebido jamás".
"Ni siquiera en Dinamarca, donde gravamos todo tenemos [algo así]," escribió en un tuit el investigador de transporte danés Soren Have.
El impuesto de Oregon sobre las bicicletas parece diseñado para abordar una conocida falacia: que los ciclistas utilizan las calles sin pagar por ellas. Tal creencia ignora el hecho de que todos los contribuyentes estadounidenses pagan por el uso de las calles, sean o no propietarios de autos, los cuales la mayoría de los ciclistas poseen. Además, el impacto físico de las bicicletas en las calles es prácticamente nulo. Algunos argumentan que las bicicletas representan un ahorro en costos de infraestructura, en el sentido de que sacan los autos de la vía, los que sí tienen un gran impacto físico.
Además de disuadir totalmente a algunos compradores potenciales, el impuesto de 15 dólares sobre las bicicletas caras podría obligar a otros a comprar productos de menor precio en los grandes almacenes o evitar el impuesto totalmente al comprar bicicletas usadas en Craigslist. Esto significa que las tiendas de bicicletas locales serán probablemente las más afectadas.
¿Hay algún valor en un impuesto a las bicicletas? Un millón de dólares adicionales por año para los carriles protegidos no es mucho, pero podría ayudar a aprovechar los subsidios paralelos federales (en caso de que alguno sobreviva a la actual administración), como, por ejemplo, el impuesto especial de 4 dólares a las bicicletas de Colorado Springs ha contribuido a hacer durante décadas. Y, aunque es poco probable que el impuesto silencie totalmente a los resentidos conductores, podría ayudar a amortiguar algunas de las eternas quejas acerca de compartir los costos de infraestructura.
Pero estos beneficios podrían verse contrarrestados por los riesgos a los negocios locales. Lo que es peor, el impuesto podría deformar el sentimiento público en cuanto a cuánta responsabilidad tienen los ciclistas por la financiación de las calles. Es fácil para los conductores estar resentidos con los ciclistas por no pagar su ‘parte justa’, porque los verdaderos costos de la conducción de autos están ocultos en gran medida.
Este artículo fue publicado originalmente en inglés en CityLab.com.



















