Lorenza Cano, una activista que llevaba cinco años buscando a su hermano desaparecido, fue secuestrada el pasado lunes en el céntrico estado mexicano de Guanajuato, luego de que un grupo armado entrara a su casa por la fuerza y asesinara a su esposo y su hijo.
Secuestran a activista que buscaba a su hermano desaparecido en México
Lorenza Cano había pasado años buscando a su hermano José Cano Flores, desaparecido en 2018, pero el martes, su foto apareció en un volante de personas desaparecidas, similar al de su hermano. Fue secuestrada el pasado lunes en el céntrico estado mexicano de Guanajuato.
De acuerdo con las autoridades, el crimen ocurrió la noche del lunes en un municipio de Salamanca, el cuarto más poblado del estado y que ocupa el primer lugar nacional en asesinatos.
Cano había pasado años buscando a su hermano José Cano Flores, desaparecido en 2018, pero este martes, fue su foto la que apareció en un volante de personas desaparecidas.
El grupo de voluntarios de Cano, Salamanca Unida en la Búsqueda de Desaparecidos, exigió la aparición inmediata de Lorenza Cano, así como esclarecer el homicidio de sus familiares.

Ola de asesinatos contra voluntarios que buscan personas desaparecidas
Al menos siete buscadores voluntarios han sido asesinados en México desde 2021. Los buscadores voluntarios a menudo realizan sus propias investigaciones, basándose en pistas de exdelincuentes, porque el gobierno no ha podido ayudar.
El estado de Guanajuato ha sido el más mortífero de México durante años, debido a sangrientas batallas territoriales entre pandillas locales y el cartel Jalisco Nueva Generación.
De acuerdo con la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB), en el estado de Guanajuato hay al menos 2,543 personas desaparecidas. Además, en 2023 fue el estado mexicano que concentró la mayor cantidad de homicidios dolosos, con más de 3,000 casos, según la estadística revelada el martes por la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.
El país rebasó las 110,000 personas no localizadas en 2023, aunque el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador afirmó en diciembre que buscan a 92,000 personas y que están actualizando el censo oficial de desaparecidos.
Familiares buscan a desaparecidos por su cuenta
El gobierno mexicano ha gastado poco en buscar a los desaparecidos. Los voluntarios deben sustituir a los inexistentes equipos oficiales de búsqueda en la búsqueda de fosas clandestinas donde los cárteles esconden a sus víctimas. El gobierno no ha financiado ni implementado adecuadamente una base de datos genética para ayudar a identificar los restos encontrados.
Los familiares de las víctimas dependen de pistas anónimas, a veces de exsicarios de los cárteles, para encontrar sitios sospechosos de arrojar cadáveres. Introducen largas barras de acero en la tierra para detectar el olor de la muerte.
Si encuentran algo, lo que la mayoría de las autoridades harán es enviar un equipo policial y forense para recuperar los restos, que en la mayoría de los casos nunca son identificados.
Esto deja a los buscadores voluntarios sintiéndose atrapados entre dos fuerzas hostiles: bandas asesinas de narcotraficantes y un gobierno obsesionado con negar la magnitud del problema.
Desaparecidos, un señuelo de los carteles
En julio, un cártel de la droga utilizó un informe falso sobre una fosa común para atraer a la policía a un mortal ataque con bomba al borde de una carretera que mató a cuatro policías y dos civiles en el estado de Jalisco.
Una persona anónima le había dado un dato a un buscador voluntario sobre un supuesto lugar de entierro clandestino cerca de una carretera en Tlajomulco, Jalisco. El cártel enterró artefactos explosivos improvisados, o IED, en la carretera y luego los detonó al pasar un convoy policial. Los artefactos explosivos improvisados eran tan potentes que destruyeron cuatro vehículos, hirieron a 14 personas y dejaron cráteres en la carretera.
No está del todo claro quién mató a los seis buscadores asesinados desde 2021. Los cárteles han intentado intimidar a los buscadores en el pasado, especialmente si iban a tumbas que todavía estaban en uso.
Los investigadores han tratado durante mucho tiempo de evitar la ira de los cárteles prometiendo públicamente que no están buscando pruebas para llevar a los asesinos ante la justicia, que simplemente quieren recuperar los cuerpos de sus hijos.
Los buscadores también dicen que los miembros arrepentidos o exmiembros de las pandillas son probablemente la fuente de información más eficaz que tienen.
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