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Hip Hop

La Dame Blanche trae sensibilidad y fuerza afrocubana al hip hop

Yaité Ramos, hija del director musical de Buena Vista Social Club, renace musicalmente como La Dame Blanche.
4 Jul 2016 – 02:37 PM EDT
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Cuando eres hija de de alguien conocido, romper esquemas es casi inevitable. Imagínate ser músico cubano, tener como padre a Jesús "Aguaje" Ramos, trombonista y director musical de Buena Vista Social Club, ¿Qué haces?

Yaité Ramos Rodríguez, ahora conocida por su nombre artístico La Dame Blanche, no siempre hizo hip hop. Estudió flauta clásica en en la Escuela Nacional de Arte de la Habana y es vocalista de jazz. Trabajó varios años con el reconocido músico francés-vasco Sergent Garcia, y recientemente empezó a volcar sus inquietudes musicales en la propuesta de La Dame Blanche. Su nuevo disco titulado 2, cuenta con grandes productores urbanos internacionales como DJ Babylotion (Orishas), Toy Selectah, El Hijo de la Cumbia, DJ Blass, entro otros.

Tuve la oportunidad de charlar por Skype con Yaité en Paris, donde se encontraba alistándose para comenzar su primera gira norteamericana, la cual incluye conciertos en el Latin Alternative Music Conference (LAMC) en Nueva York y el Festival de Jazz de Montreal.


Yaité comenta que su padre ha sido una influencia muy fuerte en su vida aunque la relación entre ambos no siempre ha sido fácil. “El no concibe el hecho de que yo estoy haciendo hip hop, que es una música muy rebelde”, dice. “El trabajo que estoy haciendo hoy, desde el fondo de mi corazón, es como decir, ‘papi, mira, yo existo, yo lo sé hacer, ves, tenme confianza'”.

Sin embargo, con el éxito que va logrando con esta nueva propuesta, Yaité dice que su padre empieza a apreciar su arte: “Él está viendo que yo me desenvuelvo bien, que no abandoné mi flauta ni mi voz, ahora ya empieza más o menos a hacerle ‘ like’ a mis fotos, a dejar comentarios, poquito a poquito", dice.

Declara Yaité que defiende el hip hop con toda la fuerza posible porque es la música que le ha dado el arma para expresarse a sí misma como “...negra, cubana, santera. Mi sueño era ser una de las primeras negras de tocar en una banda clásica, pero no, ¡rumba pa’ mí, rumba, rumba y rumba! Con el hip hop puedo mezclar todo mis instrumentos: La percusión, el Latin jazz, la flauta clásica, y puedo rapear. El hip hop me completa".

En su música Yaité personifica su propia versión de La Dame Blanche, protagonista misteriosa de la leyenda francesa. Aunque no incorpore cantos yoruba en sus canciones, Yaité explica que es santera y que, “La Dame Blanche es un espíritu con sus collares, con su tabaco ... este personaje de leyenda, que anda en las carreteras, que da miedo, yo lo quise traducir todo eso de otra manera. Yo la he transformado a un personaje muy negro, muy africano y esta vez trae buenos mensajes”.

De esta manera, a su hip hop Yaité le da el toque espiritual que pareciera marcar toda música cubana. Explica que así los espíritus siempre acompañan al artista: “Tienes que llegar con mucho carácter al escenario. Eso te da una magia, una fuerza, un '¡dale, no tengas pena, yo estoy contigo!'”

Comenta además que se siente contenta de ver la nueva apertura entre Estados Unidos y Cuba, donde se va a compartir la “mina de oro musical” y sabiduría musical de Cuba. Añade que espera que el arte de las nuevas generaciones de los Buena Vista sigan recibiendo una merecida difusión, y menciona al fallecido percusionista Miguel ‘Angá’ Díaz, padre de las Ibeyi, “Era como un miembro de mi familia, somos de Pinar del Río los dos, y ver a sus niñas haciendo ese trabajo tan lindo, me llena los ojos de lágrimas, ¡esas jimaguas de Angá!” Menciona también a los de hijos de Juan de Marcos González, “Todos dejaron una semillita, hasta el cubanito Mirabal ya tiene su reemplazante allí que es su nieto, tocando con él desde hace años”.


Sobretodo, Ramos manifiesta que la música cubana creada fuera de la isla lleva una fuerza especial a pesar de estar marcada con cierta tristeza: “El cubano que está en Cuba no conoce esta melancolía. No conoce la suerte que tenemos de ser cubano, de haber nacido en esa tierra tan bonita y tan profesional, tan grande, y de tanto amor y cariño, ese país magnífico y mágico. Esa magia uno lo sabe cuando se va de Cuba”.


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