“Ustedes no le importan al gobierno”: crece la confrontación entre la Arquidiócesis y la alcaldía de San Francisco

SAN FRANCISCO, California. – La confrontación entre la Arquidiócesis de San Francisco y la alcaldía de la ciudad debido a las restricciones implementadas por la pandemia de coronavirus subió de tono este fin de semana durante una misa al aire libre frente al palacio municipal.

Cientos de feligreses católicos respondieron a una convocatoria del arzobispo Salvatore Cordileone y salieron a las calles de San Francisco para marchar hasta el edificio del ayuntamiento, donde se celebró una misa multitudinaria al aire libre para exigir la eliminación de las “injustas” y “excesivas” restricciones contra la celebración de servicios religiosos a puerta cerrada.

“La ciudad continúa implementando restricciones poco realistas y asfixiantes a nuestro derecho natural y constitucional de profesar nuestro culto. Esta discriminación deliberada nos está afectando a todos. Sí, es discriminación, no se le puede llamar de otra forma”, dijo Cordileone durante su homilía del domingo, la cual además estuvo disponible en español.

El proceso de reapertura de San Francisco permite desde el pasado 14 de septiembre la presencia de una sola persona para oración privada dentro de las iglesias, pero hasta 50 para misas realizadas al aire libre. El plan contempla que para finales de septiembre los templos puedan retomar sus servicios religiosos en interiores con un límite de 25 personas o al 25% de su capacidad total, lo que sea menor.

El arzobispo comparó las restricciones a las que están sujetas las iglesias con las de los comercios minoristas y centros comerciales, y dijo que la única razón por la cual estos últimos pueden recibir a más personas en sus interiores responde a un “deseo de poner a los católicos al final de la fila”.

“El ayuntamiento los ignora a ustedes. Ha quedado muy claro para mí que a ellos (el gobierno de San Francisco) no les importan. Déjenme repetirlo: ¡Para el gobierno municipal, ustedes no importan!”, señaló enfático Cordileone ante los cientos de feligreses católicos que asistieron al evento celebrado bajo el lema “Somos esenciales: ¡Queremos la misa!”.

Qué dicen las restricciones para las iglesias

Si bien la postura del arzobispo de San Francisco ante las restricciones tiene lógica, los líderes de la ciudad y políticos apelan a la ciencia y los datos duros para defender su proceso de reapertura.

“Cada día aprendemos más sobre cómo se transmite el virus: a puerta cerrada sin usar cubrebocas o guardar distancia social, en congregaciones masivas y durante actividades que pueden transmitir las partículas del virus a una mayor distancia que cuando se habla o respira, como cantar, bailar y tocar instrumentos de viento”, señala Centro de Comando para el COVID de San Francisco.

La municipalidad indicó que todas las decisiones sobre los procesos de reapertura están basadas en los indicadores de salud y en la capacidad de las autoridades para responder a la pandemia, tomando en cuenta la capacidad hospitalaria y los recursos para realizar pruebas y labores de rastreo de contactos de personas infectadas.

Incluso la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, quien representa a San Francisco, criticó a Cordileone por su rechazo a las restricciones para prevenir la propagación del coronavirus en la ciudad. "Con todo respeto hacia nuestro arzobispo, creo que deberíamos seguir a la ciencia en este asunto", dijo la legisladora.

Desafío a las reglas de salud

Para el arzobispo de San Francisco las restricciones a causa del coronavirus continúan siendo “excesivas”, por lo que con cada misa al aire libre que realiza refrenda ante sus feligreses “el trato injusto hacia la Iglesia” por parte del gobierno municipal.

“Nuestra fe y la de los demás se les está tratando con menos importancia que ir a la ferretería o a una cena afuera en el patio. Un millón de misas publicas sin ningún brote de COVID-19 demuestra que es tan seguro en San Francisco como en otras partes del estado”, escribió Cordileone en una misiva enviada este mes a la alcaldesa London Breed y al director de salud municipal, el doctor Grant Colfax.

Según la Arquidiócesis, el arzobispo ha tratado de trabajar con funcionarios de la ciudad durante meses para crear protocolos adecuados que permitan que los fieles asistan a misas con seguridad, pero para el gobierno de San Francisco esos intercambios hicieron que en julio pasado acusaran a la Iglesia de “poner en riesgo de muerte” l a salud de sus feligreses.

En los meses que llevamos de pandemia, la Fiscalía de San Francisco ha señalado a la Arquidiócesis por negarse a “proporcionar garantías de que protegería la salud del público general” y la acusó de realizar varias misas ilegales a puerta cerrada e incurrir en “una falla alarmante para seguir los protocolos de seguridad de sentido común”.

Los incidentes ventilados por las autoridades incluyen una boda clandestina para 100 personas en la Iglesia de San Pedro y San Pablo que originó un brote de coronavirus en el que los novios salieron contagiados.