El Departamento de Salud de Utah dejará de distribuir vacunas contra el Coronavirus a los hospitales del estado, sin importar si aún no han terminado de inocular a todos sus empleados.
Desvían vacunas COVID-19 de hospitales de Utah para cubrir las nuevas prioridades
El propósito es asegurar la entrega de dosis suficientes a los proveedores de las vacunas a medida en que las distintas fases del plan de vacunación aumentan la cantidad de residentes de Utah que serán elegibles para recibir la vacuna COVID-19.


Durante el último mes, los hospitales de Utah han estado vacunando a sus trabajadores de salud, especialmente a aquellos que trabajan directamente con pacientes de COVID-19. Sin embargo, el resto de los trabajadores hospitalarios, que no forman parte de las prioridades de vacunación, ahora tendrán que esperar para ser vacunados.
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La medida obedece a la decisión tomada por el gobernador Spencer Cox de acelerar los esfuerzos de vacunación en los departamentos de salud locales, y en los centros de atención a largo plazo. Las dosis desviadas de los hospitales serán destinadas a la vacunación de socorristas y adultos vulnerables.
El propósito es asegurar la entrega de dosis suficientes a los proveedores de las vacunas a medida en que las distintas fases del plan de vacunación aumentan la cantidad de residentes de Utah que serán elegibles para recibir la vacuna COVID-19. Durante las próximas semanas los departamentos de salud locales y las farmacias asociadas que están inmunizando al personal y los residentes de las instalaciones de atención a largo plazo recibirán todas las dosis que Utah puede solicitar cada semana.
Esta semana, el estado también comenzó a ofrecer la vacuna contra el Coronavirus a los maestros de las escuelas públicas y personal de K-12. Las vacunas serán administradas y aplicadas por los diferentes distritos escolares del estado. La mayoría de estos distritos escolares locales han decidido priorizar la vacunación de sus educadores con mayor edad.
La próxima semana, comenzarán a ser vacunados los adultos mayores de 70 años de edad, sin importar su estado de salud. ya que el estado comienza a priorizar según la edad y el riesgo.




