Millones de personas en el último año decidieron comprar armas de fuego en los Estados Unidos, alcanzando cifras que nunca se habían registrado. Sin embargo, un número que ha llamado la atención de autoridades y especialistas es la cantidad de mujeres que decidieron hacerse con un arma en el 2020.

Es el caso de Tamara Osorio, quien antes decía ser muy escéptica a las armas, pero en cuestión de meses cambió esta postura. La residente del sur de Florida tomó un curso de manejo de armas, movida por la situación social.

“La inseguridad que he visto en la calle hace ya de las armas una alternativa, pues ya no sabes en qué momento vas a necesitar usarla”, dijo Tamara.

Alexandra Hoyos, otra residente del área, comenta que su concepto acerca de las armas ha cambiado radicalmente. Antes no tenía ningún anhelo de portar una y no estaba de acuerdo en que nadie portara, pero ahora, a raíz de los disturbios, siente que es importante tener una, tanto por su protección como por la de su familia.

El 2020 registró un incremento del 60% en la venta de armas y, según el FBI, también se batieron récords en los chequeos de antecedentes. De enero del 2020 a enero del 2021, 4.3 millones de personas solicitaron armarse, comparado con 2.7 millones reportados entre el 2019 y el 2020.

José R. Salas, instructor de tiro, comentó que la pandemia del coronavirus fue una de las principales razones por las que se disparó la venta de armas, pero también influyeron otros factores, como las protestas que hubo en el verano y el estar en un año electoral.

Las manifestaciones en Washington D.C. con el asalto al Capitolio también dispararon las alarmas de aquellos que sienten necesidad de buscar protección.

8.4 millones de personas compraron por primera vez un arma en el 2020, de los cuales el 40% fueron mujeres.

Las armerías en Miami-Dade tienen las estanterías casi vacías, pero los cupos para tomar un curso sobre cómo disparar están copados.

Aunque en el estado de Florida no es obligatorio tomar un curso para comprar un arma, también se ha presentado un incremento sustancial de personas que quieren hacerlo, para disparar de forma segura y responsable. Y, en particular, el grupo de las mujeres se ha triplicado.

Erika Monroy, psicóloga clínica, indicó que instintivamente las mujeres quieren protegerse, y un arma no solo genera una sensación de seguridad, sino de poder.

“Debemos tener claro lo que está pasando en la sociedad, donde ha habido divisiones y distanciamientos, que están haciendo que se quiera poner este tipo de límites al otro”, agregó Monroy.

Pero esta especialista también señaló que hay que hacer un trabajo a conciencia, donde se entienda que es la vida de otro la que está en juego, así que se tiene el derecho de utilizarla y sentirse seguro en casa, pero también la obligación de responsabilizarse del buen uso de sus emociones, para poder manejar las armas adecuadamente.

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