La campaña militar antidrogas del Ejército estadounidense en aguas del mar Caribe y el Pacífico oriental acumula al menos 20 embarcaciones destruidas y más de 80 personas muertas en casi tres meses de operaciones.
EEUU atacó dos veces a la primera supuesta 'narcolancha' para poder matar a los sobrevivientes, según reportes
La primera supuesta narcolancha salida de Venezuela y destruida por militares de EEUU en septiembre pasado fue atacada dos veces: la segunda ocasión fue para poder matar a los sobrevivientes del impacto inicial de un misil, según reportes de The Washington Post y CNN.

La primera supuesta 'narcolancha' fue destruida el 2 de septiembre y dejó 11 personas fallecidas. Dicha embarcación fue atacada dos veces: la segunda ocasión fue para matar a los sobrevivientes de la primera ofensiva, según reportes de The Washington Post y CNN, citando fuentes conocedoras del operativo.
El Post indica que el secretario de Defensa, Pete Hegseth, dio una orden verbal de no dejar personas con vida, por lo que cuando el equipo de operaciones especiales observó que había dos personas con vida aferradas a los restos de la embarcación recién atacada, vino una segunda ofensiva que acabó con ellos.
Por su parte, el reporte de CNN explica que antes del operativo el secretario Hegseth había dado la orden de matar a todos los tripulantes de la embarcación, pero indica que no estaba claro si estaba enterado de que había sobrevivientes antes del segundo impacto.
Aquel 2 de septiembre, el presidente Donald Trump informó del ataque en sus redes sociales: "Esta mañana temprano, bajo mis órdenes, las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos llevaron a cabo un ataque cinético contra narcoterroristas del Tren de Aragua identificados positivamente en el área de responsabilidad del SOUTHCOM", en referencia al Comando Sur, que opera en el Caribe, en Centro y Sudamérica y parte de las aguas de los océantos Atlántico y Pacífico cercanas a las costas continentales.
Trump dijo que "el ataque se produjo mientras los terroristas se encontraban en aguas internacionales transportando narcóticos ilegales con destino a los Estados Unidos", y que "causó la muerte de 11 terroristas", sin dar más detalles sobre cómo se desarrollo la operación.
La publicación, como luego se hizo rutina en las dos decenas de ataques de EEUU contra pequeñas embarcaciones, fue acompañada por un video grabado desde una aeronave de vigilancia donde se observa una lancha viajando a alta velocidad en el mar, cuando súbitamente estalla en una bola de fuego. En la grabación divulgada, de 29 segundos, no puede observarse si hay personas con vida tras la explosión o si ocurre un segundo ataque.
¿Un portaviones para presionar a Maduro?
La administración Trump inició su despliegue militar antidrogas en el Caribe enviando una flotilla de barcos destructores, buques anfibios de desembarco, aviones espía de guerra electrónica y miles de soldados y marines a las aguas cercanas a Venezuela, cuyo líder, Nicolás Maduro, es señalado por el gobierno de EEUU de ser el líder del Cartel de los Soles y responsable del envío de cargamentos de drogas a territorio estadounidense.
Esto disparó las tensiones militares y políticas entre la Casa Blanca y el régimen de Maduro, con hitos álgidos como la llegada del portaviones Gerald R. Ford, el más grande del mundo, y su grupo de ataque, a la región; y la entrada en vigor de la declaratoria del Cartel de los Soles como organización terrorista extranjera por parte de la Casa Blanca.
El despliegue, después nombrado por el Pentágono como 'Operación Lanza del Sur', es visto como una campaña de intimidación para sacar del poder al líder venezolano, quien no es reconocido por Washington como presidente de Venezuela. Caracas niega las acusaciones de narcotráfico y asegura que Estados Unidos está ejerciendo una "guerra psicológica" que ya dura 17 semanas.
Múltiples reportes de medios estadounidenses han señalado que los militares han presentado a Trump una serie de opciones para intensificar la campaña antidrogas contra Maduro, que abarcarían desde ataques aéreos a instalaciones en Venezuela que se cree son usadas por las redes narcotraficantes, hasta una eventual avanzada contra los supuestos líderes del Cartel de los Soles, incluyendo a Maduro.
Trump y Maduro conversaron por teléfono, según NYT
Trump dijo este jueves que que las fuerzas militares de Estados Unidos "iniciarán muy pronto" operaciones "por tierra" para detener a los "narcotraficantes" de Venezuela y acabar así con el flujo de drogas hacia su país.
Pero también ha expresado durante las últimas dos semanas que estaría dispuesto a conversar con Maduro, para salvar vidas "por las buenas o por las malas".
Esta conversación entre ambos líderes habría tenido lugar la semana pasada, vía telefónica, y en ella se habría discutido la posibilidad de un encuentro entre Trump y Maduro en Estados Unidos, según un reporte de The New York Times citando fuentes conocedoras del tema.
El artículo de NYT indica que una de las fuentes expresó que no hay planes por el momento para tal reunión. Nicolás Maduro tiene una recompensa en su contra de 50 millones de dólares, y fue acusado en 2020 con cargos por presunto narcotráfico de cocaína, corrupción y otros delitos en un tribunal federal de Nueva York.
Pero a la par de lo que serían canales diplomáticos secundarios, el gobierno de Trump sigue adelante en fortalecer su posición militar: esta semana República Dominicana autorizó utilizar por tiempo limitado su principal aeropuerto y una base aérea para las operaciones antinarcóticos de Estados Unidos.
Y el jefe del Estado Mayor, Dan Caine, se reunió con la primera ministra trinitense, Kamla Persad-Bissessar, para discutir la seguridad regional. Y justo este viernes Trinidad anunció la instalación de un sistema de radar de EEUU en su país, ubicado a apenas 6 millas de las costas venezolanas, para "mejorar nuestra vigilancia y la inteligencia de los radares para los narcotraficantes en nuestras aguas y fuera de nuestras aguas".
La legalidad de los ataques en discusión
A inicios de octubre, el presidente Trump declaró a los carteles de la droga como "combatientes ilegales" y afirma que Estados Unidos se encuentra en un "conflicto armado no internacional". Notificó sobre ello al Congreso, en un intento de dar legimitidad y legalidad a la campaña militar y los ataques contra estas embarcaciones.
Sin embargo, desde el Congreso legisladores han expresado sus críticas a las operaciones, incluso con un grupo de seis representantes y senadores llamando a los militares estadounidenses a no obedecer "órdenes ilegales".
Esto desató una respuesta furibunda de Trump, que los llamó sediciosos, y sugirió que son merecedores de la pena de muerte. El Pentágono también intervino y anunció una investigación disciplinaria contra el múltiples veces condecorado senador Mark E. Kelly, capitán retirado de la Armada y exastronauta de la NASA, y una de las voces principales del video que llamó a los militares a desobedercer ciertas órdenes.
La ONU también ha expresado sus críticas a la campaña militar. A finales de octubre, el Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU, Volker Türk, dijo que EEUU debía tomar medidas para evitar "el asesinato extrajudicial de las personas a bordo de estas embarcaciones, independientemente de los delitos que se les imputen", en lo que llamó "operaciones inaceptables".
Expertos legales y militares, varios de ellos con pasado en el Ejército de Estados Unidos, también han señalado que pese al discurso de la administración Trump de señalar a los narcotraficantes como terroristas, imitando la retórica posterior a los ataques del 11 de septiembre, hay serias dudas sobre la legalidad.
Mark P. Nevitt, un comandante del Cuerpo de Abogados de la Marina y profesor en la Escuela de Leyes de la Universidad Emory, coincide en que "los ataques lucen como ilegales bajo las leyes internacionales y domésticas", en un artículo escrito para Just Security.
"Tomando prestado el lenguaje de la "Guerra Global contra el Terror" posterior al 11-S, la administración Trump intenta convertir las misiones antinarcóticos en operaciones antiterroristas. Pero aplicar una nueva etiqueta a un viejo problema no transforma el problema en sí, ni otorga al presidente ni al Ejército estadounidense una mayor autoridad legal para matar civiles", asegura Nevitt.
Y Celeste Kmiotek, abogada del Proyecto de Litigio Estratégico del Atlantic Council, entrevistada por Univision Noticias explicó a pocas semanas de iniciados los ataques a lanchas que "con base a la información que conocemos actualmente, los ataques parecen ser ilícitos según el derecho internacional. Parecerían un asesinato extrajudicial en violación de tratados como el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos".
¿Hundir antes que arrestar?
Tradicionalmente en las operaciones antidrogas los sospechosos eran capturados y procesados y la mercancía confiscada, por parte de la Guardia Costera de EEUU.
Esta doctrina cambió a partir de ideas planteadas por el hoy juez de Apelaciones Emil Bove, quien fue número tres del Departamento de Justicia y sirvió a principios de año como asesor principal del fiscal general adjunto, Todd Blanche.
Bove habría sugerido que el gobierno de Trump debía simplemente hundir las embarcaciones envueltas en tráfico de drogas, según fuentes citadas por NPR.
Este planteamiento habría sido hecho al menos en febrero pasado, muchos meses antes del inicio de la campaña militar en septiembre. Según la historia de NPR, Bove expresó que no tenía interés en que se intervinieran las embarcaciones en altamar y se procesara judicialmente a los involucrados.
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