HOUSTON, Texas. - La mirada del señor Mike Rivera, de 77 años, refleja el dolor que siente su alma. No puede contener las lágrimas cada vez que recuerda que su nieto, Chance Michael Moseley, de 15 años, está detenido y enfrenta cargos de asesinato en primer grado por la muerte de su propia madre y del bebé que ella tenía en su vientre.
El rompecabezas de la vida de Chance Moseley, un adolescente acusado de matar a su madre en Texas
Chance Michael Moseley, de 15 años, se encuentra detenido en una prisión juvenil en Texas por el asesinato de su madre. Sus familiares en Houston trataron de armar el rompecabezas de la vida del chico antes del trágico incidente.


La joven madre, identificada como Nita Marie Moseley, de 33 años y quien tenía 17 semanas de embarazo al momento de su muerte, fue hallada con múltiples heridas de arma blanca y estrangulada en una vivienda de La Marque, Texas, un poblado ubicado 50 millas al sureste de Houston.
“Yo me culpo por lo que pasó”, dice con su voz pausada el señor Rivera, al tiempo que baja el rostro para tratar de ocultar las lágrimas. “Si yo lo hubiera convencido de quedarse con nosotros, si no lo hubiera dejado ir con su mami, esto nunca hubiera pasado”, dijo.
Chance vivió en casa de Rivera, quien es su abuelo paterno, desde junio hasta diciembre de 2014. Cuando llegaron las vacaciones de la escuela, justo antes de la Navidad, Chance empezó a insistir que quería pasar algún tiempo con su mamá.
Ante la negativa del abuelo, quien tenía claro que Nita no podía tener ningún tipo de relación con el joven porque así lo había determinado un tribunal, Chance simplemente decidió que se iba. “¿Sabes qué? Me quiero ir a vivir con ella y punto”, fueron las palabras del chico que sellaron esa decisión.
Rivera no estaba de acuerdo con la determinación de Chance porque sabía que Nita no podría cuidarlo apropiadamente. Tenía un nutrido historial de casos con el Servicio de Protección al Menor (CPS) por abuso de drogas, consumo de licor, negligencia y violencia doméstica. Incluso, sabía que ella había tenido otros hijos después de Chance, de quienes había perdido la custodia también. Hay registros de CPS que dan cuenta de los incidentes.
Aunque trató de disuadirlo y le explicó los problemas de la madre, Chance se puso muy terco y no quiso entender razones. El abuelo no tuvo otra alternativa que dejarlo ir.
Luego se daría cuenta de que el joven, al parecer, mantenía una relación secreta a través de mensajes de texto con su madre, pese a que ella había perdido su custodia de forma definitiva cuando el chico tenía 9 años y no debía tener ningún contacto con él.
El padre biológico de Chance, Michael, tenía la custodia del menor desde entonces. Chance vivió con él y con sus dos hermanas medias por casi cuatro años, durante los cuales los tres jovencitos establecieron un vínculo muy fuerte. Era el ‘hombrecito’ de la casa y sobreprotegía a sus hermanitas.
“El era muy dulce con nosotras, nos cuidaba, nos motivaba, nos daba consejos… éramos muy unidos”, recuerda una de ellas.
La armonía de la nueva vida de Chance se rompió cuando a su padre lo encarcelaron por un lío con su expareja, la mamá de sus dos hijas. Las niñas fueron a vivir a casa de la madre y Chance se fue a vivir con el abuelo paterno, por encargo de Michael.
Este nuevo suceso en la vida del adolescente motivaría a Nita a tratar de recuperarlo, una vez más. Y lo logró.
Madre e hijo terminaron viviendo juntos, pero nadie anticipaba la tragedia que se avecinaba.
“Ellos eran inseparables, se amaban… ella lo amaba, pero creo que amaba más las drogas”, dijo Michael, quien a pesar de todos los defectos y problemas que tenía Nita, no desconoce que ella siempre quiso a Chance y trató de cambiar para recuperarlo, pero su adicción a las drogas pudo más que su voluntad.
Nita Moseley tuvo al menos otros tres hijos, de acuerdo con el Servicio de Protección al Menor en Houston, de quienes perdió la custodia de forma permanente por el mismo problema de abuso de drogas y negligencia.
Actualmente, Chance se encuentra recluido en una prisión juvenil en el condado Galveston a la espera de un juicio. El pasado mes de mayo, tras una audiencia de cuatro días, un juez determinó que el caso del chico debía ser transferido a un tribunal criminal para adultos. El abogado de oficio del menor apeló para tratar de revertir esa decisión y aún no se tiene una respuesta.
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