La casa del abuelo paterno fue el último lugar de residencia que tuvo Chance Michael Moseley, pero a lo largo de su corta vida, el chico cambió de hogar muchas veces. No por que él fuera un niño problema, sino por los continuos incidentes de uso de drogas de su progenitora, Nita Marie Moseley.
Los múltiples hogares donde vivió Chance Michael Moseley, el joven acusado de matar a su madre
Chance Michael Moseley nunca tuvo un lugar permanente de residencia y su infancia siempre estuvo rodeada de incidentes relacionados con abuso de drogas y negligencia por parte de su madre.


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Michael, el padre biológico del joven, trató de juntar las piezas del rompecabezas de la vida del menor, desde sus primeros días de vida hasta el día en que ocurrió el trágico incidente de la muerte de Nita.
Los primeros cuatro meses de vida de Chance transcurrieron a lado de su mamá y de Michael, quien en ese entonces pensaba que el bebé era su hijo. Pero tiempo después Nita le confesó que él no era el padre.
Michael entonces se alejó de sus vidas y buscó a una exnovia, quien había acabado de dar a luz a una niña. Nita le habría dicho en ese entonces: “vete con ella y con su bebita, pues ya sabes con certeza que es tuya”. Él lo hizo y más tarde tendría una segunda hija con esa misma pareja.
Chance fue criado hasta los 4 años en casa de una mujer, identificada como Yolanda Peña, quien lo cuidó con la convicción de que él era su nieto. Una prueba de ADN revelaría que a pesar de que Nita tuvo una relación con el hijo de Peña, él no tenía nada que ver con Chance.
Desde entonces Peña perdió contacto con el niño pero volvieron a reencontrarse cuando él ya era un adolescente, justo tres meses antes de que ocurriera el asesinato de su madre.
Cuando Yolanda se enteró de la tragedia se puso muy triste porque sabía que Nita quería mucho al niño y el niño la quería mucho a ella. No podía entender qué había pasado o por qué motivo el chico hizo lo que hizo.
“[Chance] vivió una vida [en la] que él miró a ella con muchos hombres… ella sufrió mucho, era bailadora [en un club para caballeros]”, comentó.
Cuando Chance estaba a punto de cumplir 5 años, Nita volvió a aparecer en la vida de Michael. Lo contactó para informarle que él si era el padre de su hijo. Entonces se hicieron una prueba de ADN que lo confirmó. Aunque nunca regresaron a vivir juntos como pareja, si se siguieron comunicando.
Michael recuerda que en una ocasión ella lo llamó para pedirle que recogiera al niño de la guardería. Cuando el fue a buscar a su hijo notó que el pequeño tenía un moretón en un ojo. El niño afirmó que su madre se lo había hecho.
Esa fue la primera vez que CPS entró en contacto con la familia. Aunque ese día no pudieron comprobar que Nita era la responsable del golpe, le quitaron al pequeño porque, tras hacerle una prueba de drogas, hallaron que tenía cocaína en su sistema.
Los trabajadores sociales de CPS tuvieron que entregar el niño a una hermana de Nita. En ese momento Michael aún no figuraba en el acta de nacimiento como padre biológico del Chance.
La tía del niño solo lo tuvo con ella por dos días. Luego Michael Logró que CPS autorizara que el menor se quedara con él.
Pero Nita nunca dejó de intentar recuperar a su hijo y cuando habían transcurrido solo tres meses desde que el pequeño Chance estuviera viviendo con su padre, ella vino a buscarlo y se lo llevó.
Cuando CPS se enteró de lo ocurrido, le quitó la custodia a Michael por haber permitido que Nita se lo llevara y Chance fue llevado a un hogar temporal, donde vivió por 18 meses.
Luego de ese periodo, el niño fue entregado a sus abuelos maternos y empezó una nueva etapa en la vida del pequeño, quien para entonces tenía 6 años y medio.
Había transcurrido más de un año y, cuando todo parecía estable para el menor en el nuevo hogar, un nuevo hecho cambió su destino. Sus abuelos fueron afectados por el huracán Ike en el 2008 y terminaron viviendo en casa de un vecino.
Nita aprovechó esa circunstancia para llevarse de vuelta al niño. Para entonces se había casado con un hombre mayor que tenía dinero. Chance tenía casi 8 años cuando volvió a vivir con su madre.
No pasó mucho tiempo y tal como había ocurrido en otras ocasiones, la estabilidad del chico volvió a alterarse. Nita se peleó con su esposo y terminó en encarcelada durante una noche.
Cuando Michael se enteró de lo ocurrido, llamó a la trabajadora social de CPS, donde el expediente de Chance ya era robusto, y consiguió que le otorgaran a él la custodia permanente de Chance. Eso ocurrió cuando el niño tenía 9 años.
Michael, Chance y sus hermanas medias vivieron juntos por casi cuatro años, tras los cuales la armonía familiar del nuevo hogar del chico volvió a ser interrumpida. Su padre fue a prisión, por una disputa con la madre de sus dos hijas, y la familia se desintegró.
Chance pasó entonces a vivir en casa de su abuelo. Allí estuvo durante seis meses, pero luego tomó la decisión de volver con su madre. Decisión que marcó su presente y su futuro.
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