A medida que los casos de coronavirus incrementan en Arizona y con la capacidad de las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) en el 88%, la alcaldesa de Tucson, Regina Romero, cuestiona el manejo del gobernador Doug Ducey a la pandemia mientras que una familia lo culpa de la muerte de uno de sus seres queridos por Covid-19.
Alcaldesa de Tucson culpa al gobernador Doug Ducey por el mal manejo de la pandemia en Arizona
Regina Romero ha cuestionado abiertamente al gobernador por haberse demorado en cerrar el estado y por decidir reabrirlo demasiado pronto. A solo semanas de la reapertura los números de contagios en el estado se triplicaron y las camas en las Unidades de Cuidados Intensivos están casi a su capacidad.

Después de minimizar la amenaza del virus y obstruir a los funcionarios locales para implementar el uso obligatorio de máscaras, Ducey decidió revertir la orden y dejar en los funcionarios locales la decisión de implementar el uso de los cubrebocos precisamente cuando los números de casos estaban a más de 4,000 por día.
"Hemos estado en un estado de crisis desde que el gobernador Ducey decidió reabrir apresuradamente el estado", dijo Romero, la primera latina en ser elegida alcalde de Tucson.
Ducey resistió a los llamados de alcaldes y profesionales de la salud para aprobar la orden de implementar el uso obligatorio de la máscara en todo el estado o reimponer la orden de quedarse en casa, que expiró en mayo con poca restricción a la reapertura del estado.
Tras registrarse un incremento de nuevos casos cercano a los 5,000, Ducey ordenó nuevamente el cierre de bares, clubes nocturnos, gimnasios y piscinas.
Esta decisión para los residentes de Arizona llegaron demasiado tarde como lo dio a conocer Kristin Urquiza, la hija de Mark Urquiza cuando relató que su padre le había dicho que si el gobernador Ducey estaba motivando a los residentes a salir de nuevo, era porque no había peligro, según citó el diario The Washington Post. Por esta razón ella culpa al mandatario por su muerte.
Romero resaltó que Arizona está en crisis desde que el gobernador Ducey decidió reabrir rápidamente el estado.
"Estábamos en un muy buen lugar, Tucson está ubicada en el condado de Pima, estábamos viendo 20, 24 casos al día, aplanando la curva. Ahora estamos viendo casi 300 casos al día en Pima, un condado de un millón de personas, vemos entre cinco y 20 camas en la UCI, lo cual es muy, muy preocupante y exigente para nuestros médicos y enfermeras en nuestros hospitales", dijo Romero en una entrevista con Democracy Now.
Aseguró que la respuesta de Ducey ha sido tibia. "Lo que hemos estado viendo es que Ducey es una minireplica de lo que ha estado sucediendo con Trump y su respuesta federal a esta pandemia. Cada día que el gobernador Ducey espera, vemos 3,000 casos en Arizona, y la crisis continúa, más vidas perdidas", afirmó Romero. "Entonces, lo que hemos estado haciendo aquí en Tucson es básicamente presionar al gobernador para que haga lo correcto, porque es una amenaza muy real".
Con las manos atadas
Romero explicó que Arizona tiene una ley aprobada por la legislatura, con mayoría republicana, que limita los poderes de los alcaldes. Si alguna ciudad implementa una ley sin tener en cuenta al estado pueden perder los ingresos que reciben de Arizona.
"Son millones y millones de dólares que podríamos perder. Y así, en esta crisis, nos vemos a nosotros mismos, como grandes, con miedo, temor por la vida de nuestras comunidades, con miedo por la incapacidad de hacer algo", explicó la alcaldesa.
Debido a esto los alcaldes de Arizona publicamente presionan al gobernador para que haga lo correcto.
"Lo único que podría hacer para ayudar es instaurar una orden ejecutiva de máscara obligatoria en todo el estado, y se niega incluso a hacerlo", afirmó.
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