Por Valeria Villa*
@valevillag
¿Qué sigue después de terminar una relación amorosa?
Terminar una relación suele ser un caos. La terapeuta Valeria Villa nos da algunos consejos para hacer ese momento más llevadero.


Vas a necesitar mucho amor propio y volver a hacerte amigo del que eras antes de creer que sin ella no eres nadie.
Cuando se ama mucho a alguien, se abandona el cuidado del yo. Alimentar la relación, darse el tiempo para la conversación profunda y el sexo placentero se vuelven prioridades.
Romper un vínculo amoroso es una oportunidad para regresar a uno mismo y recordar lo que amabas antes de ser dos; lo que disfrutabas hacer en soledad o en compañía de amigos o familia, que probablemente dejaste medio abandonados, porque tu pareja cobró relevancia excesiva.
Los días sin ti
Los días sin él o sin ella te enfrentarán con asuntos afectivos y prácticos: se perderán rutinas que le daban forma a tu vida y a las que te habías acostumbrado. No habrá más a quien reclamarle los olvidos, la falta de delicadeza, las promesas rotas o la frialdad. Los días que siguen a la ruptura son de caos y de no saber el rumbo a tomar. Porque dejaste de ser lo que eras para sintonizar biorritmos, agendas, sentido de vida, necesidades de cercanía y distancia, uso del tiempo libre.
¿Qué sigue?
La angustia de la pérdida, preguntarte qué harás ahora, quién te va a querer así, a quién podrás amar de ese modo que, de momento, parece irrepetible. Al menos durante unas semanas, el panorama será sombrío y los sentimientos de desesperanza, inevitables.
Todos seremos sustituidos tarde o temprano. Seremos las sobras que alguien más amará y aceptaremos amorosamente las sobras que alguien más dejó.
Errores frecuentes
Procura, en lo que te recuperas, no descuidarte ni abandonarte. Tampoco pretendan ser amigos, porque mientras siga habiendo amor o deseo, al menos de un lado, es imposible.
Una parte nuestra se la lleva quien se va. Por eso se siente vacío el corazón. Hay que aceptar la ruptura y procesarla lo más que se pueda, para evitar que los fantasmas de lo inconcluso nos ronden por más tiempo del necesario. Y seguir adelante hasta que un día, inesperadamente, te sientas bien otra vez.






