En el diccionario encontramos a la palabra “secreto” con tres significados: ocultar algo de manera intencional, lo que se desconoce o lo que aún no ha sido descubierto.
Secretos familiares: por qué conviene revelarlos

Según los expertos, guardamos secretos en nuestra familia con la intención de proteger a familiares de la supuesta angustia, que puede producir el conocimiento de ciertos eventos, verdades y hechos. El secreto opera como un manto de silencio, manteniendo una información oculta: “de eso no se habla”. Puede ser conocida por todos, por algunos o en ocasiones nadie conoce la verdad, pero algo se sospecha. Los secretos familiares están ahí, presentes y vivos condicionando la dinámica familiar.
Por eso, aquí te enumeramos 5 beneficios que puede traer el revelar los secretos familiares:
Estimulamos el diálogo: Al dialogar brindamos la posibilidad de comentarlos, hablarlos y desahogarnos poniendo nombre a las situaciones y dando la posibilidad de informar a otros miembros familiares sobre una situación determinada. Esto puede reducir la ansiedad, la angustia, la tensión y el misterio.
Conocemos nuestra historia: Al conocer secretos de generaciones anteriores, nos permiten tener más clara la historia familiar y nos ayudan a definir mejor la identidad personal actual. Nuestros antepasados son parte de nuestra vida, conocerlos nos llevará a un camino de autoconocimiento.
Mantenemos la salud: Los secretos familiares pueden ser dañinos para la salud mental y emocional de sus integrantes, porque afectan los vínculos, causan sospechas, desconfianza o pueden volvernos más vulnerables a la enfermedad.
Promover la verdad: El secreto contado puede ser doloroso, pero siempre el camino de la verdad es más saludable que el engaño o el misterio constante. A partir de la verdad, podemos empezar a trabajar para nuestro propio bienestar.
No alteramos los patrones de relaciones: Por lealtad y amor familiar guardamos un secreto y cumplimos un mandato determinado, manteniendo roles rígidos para poder conservarlo. Alteramos así los patrones de relaciones entre los miembros familiares, ya que todos empezamos a ocupar “un lugar” en torno a ese secreto y no a quienes somos realmente.
Para decidir cuándo y cómo revelarlo según la circunstancia de cada caso, siempre nos conviene pedir una consulta con un profesional, que nos oriente y nos ayude a transitar este proceso.









