Lifestyle

¿Qué nos dejó el 2015?

¿Cómo terminas tu año? ¿Con qué sensación?  El 2016 está tocando la puerta y  es necesario tomarnos un break para mirar en retrospectiva estos últimos 365 días y reflexionar sobre nuestros avances, retrocesos, victorias, pérdidas, penas, alegrías…y así.   El año nuevo llega y -como cuando llega un invitado a casa- hay que hacer limpieza: sacar lo malo, lo negativo…dejar atrás lo que resta y arrancar con energía.

PUBLICIDAD

Puede que sientas que este ha sido un buen año o por el contrario, quieres que termine ya porque te ha tratado muy mal.  Pues yo no creo que haya años perdidos; más bien como dice el monje Mamerto Menapace “No hay años buenos o malos.  Hay años de fuertes aprendizajes y otros que son como un recreo, pero malos no son”.  Eso lo aprendí con el tiempo. Recuerdo que pensaba que el 2013 había sido malo para mí  y esa fue mi percepción por mucho tiempo. Cuando armé un álbum con las fotos de ese año tomé real conciencia de todos sus bellos momentos, sus fuertes alegrías, de cuánto amor hay en mí, la familia y en mis buenos amigos.  De pronto lo malo de ese año ya no me parecía tan malo sino que aprendí a tomarlo como una enseñanza, un aprendizaje, uno de esos golpes que da la vida para hacernos más fuertes. A veces uno termina de entender qué te enseñó un año solo cuando lo ve “en frío”, después de un tiempo.

Desde entonces tengo bien presente que si un año no pude concretar un proyecto, si quedaron cosas pendientes o viví pérdidas o tristezas, no implica que haya sido malo. Todo me hace ver al año venidero como un momento de revancha para duplicar esfuerzos e ir alcanzando metas. Todo eso me motiva a querer encontrar paz para poder ser feliz. Todo lo que pudo ser malo este año me da fuerzas para cambiarlo, para superarlo y mejorarlo.  A veces hay que aceptar que las cosas no suceden cuándo y cómo lo planeamos porque, en realidad, nos esperan otras mejores.  La idea es nunca sentirse derrotado, aprender a disfrutar de cada momento, de cada instante como si fuera el último y nunca dejar de buscar, de soñar y de proyectar pues en eso está el motor de la vida.

PUBLICIDAD

Este 2016 entreguemos lo mejor de nosotros. Disfrutemos de lo que hacemos. Querámonos -a nosotros mismos y a los demás.  Venzamos egos. Fortalezcamos la paciencia, la bondad y la solidaridad. Utilicemos más al alma y menos a la razón.  Miremos la vida con ojos de niños y, sobre todo, recordemos cada día que la felicidad es en gran medida una decisión.

¡Feliz Año Nuevo!