A medida que nuestros hijos empiezan a crecer, comienzan los torbellinos de las preguntas incómodas. Ellos necesitan respuestas nuestras que los tranquilicen para poder aprender y atender su curiosidad natural espontánea.
Preguntas incómodas de nuestros hijos: consejos para contestarlas

Aquí te sugerimos una lista de consejos para contestar las preguntas incómodas.
1. Responder lo justo: Se pueden utilizar explicaciones breves con un vocabulario sencillo, y no brindar detalles que no son necesarios. Si la curiosidad está relacionada con un objeto en particular (que no puede manejarlo solo) se sugiere permitirles el contacto directo con el material delante de nosotros. De esta manera, podremos calmar su curiosidad y prevenir que lo agarren a escondidas, porque se quedaron con las ganas de explorarlo.
2. Interés: Mostrar interés ante las preguntas incómodas que nos hagan, no olvidemos que al preguntar mantienen intactas sus ganas de explorar y conocer el mundo exterior. Y pueden expresar su mundo interior que necesita respuestas para calmar estados emocionales.
3. No evadir: Evadir no ayuda a calmar su curiosidad y probablemente quitemos las ganas de que nos sigan preguntando. Esto no favorecerá su crecimiento personal, ni ayudará a fortalecer los lazos en nuestro vínculo para el encuentro.
¡Que no cunda el pánico! No tenemos por qué saber todas las respuestas acordes a diferentes temáticas, ni tenemos por qué tener ganas de contestar las 24 horas del día. Pero no perdamos la honestidad, es preferible un “no sé, pero lo podemos buscar juntos, ¡qué buena pregunta!” o “hoy no puedo, no me siento bien pero lo anotamos para hablar otro día, ¡super interesante lo que me planteas!”
De esta manera, demostraremos que no somos omniscientes y enseñaremos a resolver dificultades.
4. Naturalidad y espontaneidad: Responder tranquilos abriendo el corazón, con calma y serenidad recurriendo a las muestras de afecto para que pueda confiar siempre en nosotros.
5. Evitar utilizar eufemismos: Tratar de hablar con vocabulario real acorde a su edad evolutiva. Si vemos que no podemos contestar adecuadamente como quisiéramos, podemos solicitar ayuda de profesionales que nos orienten, o intercambiar experiencias con otros papás para enriquecernos mutuamente.
Y tú, ¿cómo contestas las preguntas incómodas de tus hijos?









