¿Por qué el juego es imprescindible en la vida de un niño?
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- Vivir la experiencia de jugar en diferentes contextos y leer sobre el tema, me ha llevado a enriquecer y profundizar mi conocimiento sobre el juego.
Estoy de acuerdo con los expertos que sostienen que el juego no puede reducirse a una sola definición, palabra, idea o ley. Porque como dice la canción “al abrir la puerta para ir a jugar” comienza un misterio, una aventura, un presente desconectado de todo… dónde la persona pone de manifiesto en simultáneo: el pensar, el sentir y el hacer.
Es un medio para descargar, elaborar, descubrir, ensayar desarrollando un conjunto de contenidos propios y externos, necesarios y primordiales para la vida.
Por eso, debe estar presente en la vida de un niño para lograr un desarrollo saludable. A continuación, te enumero 6 beneficios que brinda el juego:
Permite poner en práctica la comunicación y la habilidad para las relaciones interpersonales: al acordar a través del diálogo con otros (las reglas, el espacio, los roles que asumirán) irán poniendo en práctica cómo comunicarse con los demás de manera eficaz.
- Desarrolla la flexibilidad y la creatividad: cada juego es una nueva aventura que implica desarrollar estrategias originales para adaptarse a los cambios y estar atentos para no perder la jugada.
- Estimula la acción: aportar ideas y hacer lo que cada uno desea a la hora de jugar. Nos invita a la exploración y el descubrimiento de infinitas posibilidades.
- Permite la expresión de nuestro mundo interior: es un medio natural para poder expresar sentimientos como por ejemplo (alegría, tristeza, miedo, angustia, ira).
- Devela nuestras fortalezas y debilidades: el juego “devela nuestra persona” podemos conocernos y mostrarnos tal cual somos. Este proceso le permitirá construir la autoestima del niño.
- Ayuda a unirnos con nuestra familia: puede ser un excelente momento para afianzar nuestros vínculos familiares y para conocernos mejor. Es un espacio, que permite a los adultos salir un poco del rol estructurado y jerárquico que tenemos día a día. Permitiéndonos compartir tiempo, alegría y afecto con nuestros hijos.
Considero que al jugar el niño enriquece su mundo interior, con diferentes experiencias que le servirán y lo marcarán para el resto de su vida positivamente.