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No te asustes: 7 cosas que los padres debemos hacer en Halloween

Habrás notado que Halloween se ha transformado ahora en un mes completo de fiestas, festivales, concursos, y demás. Ya no es sólo una noche de desfile y celebración. Ahora hay eventos todos los fines de semana, en museos, escuelas, en el barrio, en el parque y hasta en el zoológico.

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Por suerte, Halloween es una celebración que me gusta y no me cuesta para nada llevar a mis hijas a fiestas de disfraces y hacer las famosas jack’o lanterns.

Eso sí, con la multiplicación de eventos hay que también poner mucho cuidado para que estos festejos no se arruinen con un susto de verdad.

La Asociación Americana de Pediatras recomienda a los papás tener ciertos cuidados para que los chicos tengan una Noche de Brujas memorable:

1- Elegir disfraces divertidos pero NO peligrosos: Es obvio que no pasa por nuestra cabeza ponerle un disfraz “peligroso” a nuestros hijos, pero a veces se nos escapan detalles para prevenir accidentes. Por ejemplo, es ideal que usen disfraces que no sean tan largos que puedan ocasionar caídas. También que la tela no sea inflamable, ni que sea de un material que pueda ocasionar una reacción alérgica. También hay que evitar ponerles zapatos con tacón a nuestras princesas o botas que no les permitan caminar bien.

2- Ojos bien abiertos: Los médicos también hacen hincapié en la visión, y nos piden a los papás que optemos por reemplazar las máscaras por maquillaje no tóxico. Así la visión de los pequeños no está bloqueada y pueden ver bien, en especial cuando se hace de noche.

3- ¡Cuidado con las partes filosas!: Si a tus hijos les encanta disfrazarse de pirata o superhéroe y ello requiere de algún accesorio como espadas o flechas, hay que asegurarse que no sean filosas ni muy largas, ya que pueden cortarlos o lastimar a otras personas en los ojos.

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4- Tallar las calabazas no es para pequeños: Los niños pequeños no deben, para nada, tallar calabazas. En todo caso, eso lo debemos hacer los papás. Ellos pueden, en cambio pintarlas con marcadores, o pegarles stickers, e iluminarlas con velas artificiales a base de baterías para evitar cualquier contacto o accidente con fuego.

5-Trick or treating acompañados: Los chicos siempre tienen que estar bajo supervisión de un adulto. Si es un grupo de amigos, entonces es conveniente que haya dos o tres padres acompañándolos. Estos recorridos suelen volverse “caóticos” en pocos minutos, y es super importante que los padres o adultos estén siempre cerca.

Para chicos más grandes: Si los hijos más grandes van solos a hacer “trick or treat”, lo mejor es tener un plan de recorrido y asegurarse de que tengan un celular cargado y una linterna.

6- Comer antes de salir: Los médicos siempre lo aconsejan, y es una forma de evitar que los chicos se quieran comer todos los dulces. Si hacen su cena antes de su recorrido, tendrán menos ganas de comer dulces y será más fácil evitar que coman todo lo que entra a su bolsita. Y hablando de ello, otra recomendación es supervisar todo lo que hay en la bolsa antes de que los chicos lo coman y en lo posible, ir dándoles poco a poco, y guardar dulces para otros días. Para los infantes, los caramelos o dulces no son recomendados, por lo que hay que buscar alternativas para los más pequeñitos.

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7-Noche de Brujas en la calle: La noche de Halloween es la fecha en la que los chicos son más propensos a estar involucrados en accidentes de tránsito. Es vital que siempre crucen la calle cuando tienen la luz, en las esquinas y no se crucen a mitad de cuadra. Que caminen por las veredas y en los lugares donde no hay veredas, que siempre estén atentos al tránsito. Los médicos insisten en que usar disfraces o bolsitas con stickers luminosos ayuda a los conductores a ver a los chicos y a evitar accidentes.

Finalmente, algo que no está de más, es asegurarnos que los pequeños se laven bien los dientes a su regreso del recorrido. Siempre que hacemos trick or treating en mi barrio, un dentista nos regala cepillos de dientes y pasta, con el objetivo, claro, de recordarnos a los papás que es fundamental que se laven los dientes después de una jornada en el que el exceso de dulces es casi inevitable.