Los amigos de mi hijo: ¿es posible escogerlos?

Dice el dicho que a los hijos hay que darles raíces para crecer y alas para volar. A veces como padres quisiéramos que permanezcan siendo niños por siempre pero es inevitable (y sano y maravilloso a la vez) que crezcan y que, en ese crecimiento, demanden cada vez más libertad. Así, en algún punto de sus vidas son ellos quienes deciden qué vestir, qué comer, a dónde ir y también, qué amigos tener. Por eso, si de repente te planteas, “no me gustan los amigos de mi hijo; soy yo quien tendría que escogerlos por él”, olvídate: no puedes y no debes controlar todo en su vida. Incluso si estás convencido de que se trata de amistades negativas, no debes meterte mucho. Sigue mejor esta serie de consejos:

• No prohíbas: Es muy probable que si le dices “no quiero que te juntes con Fulanito”, “Fulanito” va a terminar siendo el mejor amigo de tu hijo. Mejor coméntale, (sin hacer un discurso dictatorial) qué cosas no te convencen y dile qué cosas te preocupan. Abre el diálogo y muéstrate dispuesta a escuchar. Al mismo tiempo, recuérdale las reglas de tu casa y de tu familia (horarios, comportamiento, etc.) y dile que eso no se negocia. Si ves que tu hijo está cambiando su comportamiento influenciado por sus amistades, involúcralo en nuevas actividades que lo mantengan ocupado y le presenten nuevos grupos de amigos.
• No prejuzgues: No pienses que porque “los amigos de mi hijo visten raro y hasta actúan de tal o cual modo” son malos. Si bien nunca debemos dejarnos guiar por las apariencias, esta regla se aplica más aun en la adolescencia, periodo en el que el joven atraviesa toda una búsqueda de su yo que muchas veces lo lleva a actuar distinto—todo en un intento de afirmar su individualidad. Antes de formarte una imagen negativa de los amigos de tu hijo, intenta acercarte a ellos. Organiza juntadas en tu casa, proponte para llevarlos a la escuela en tu auto y aprovecha todo este tipo de situaciones para observar, platicar y conocerlos mejor.
• Confía en la educación que brindaste: Tú ya le enseñaste lo que es bueno y lo que es malo, por lo que se supone que ahora tu hijo ya tiene las herramientas suficientes como para poder elegir solo. Por supuesto, algunas veces se equivocará pero es parte de un aprendizaje que nunca termina y que es parte de la vida. ¿Acaso no nos hemos equivocado nosotros ya de adultos? Debemos corrernos del lugar de padres sobre protectores y permitirles elegir y cometer sus propios errores. En caso de que se equivoquen, estaremos allí para ayudarlos a levantarse y seguir para adelante.
• Refuerza su autoestima y entrénalo a manejar situaciones grupales: Los niños y adolescentes pueden ser muy vulnerables y pueden estar dispuestos a hacer muchas cosas en pos de sentirse parte de un grupo. Para que tu hijo no se sienta presionado a hacer o a actuar de determinada manera para integrarse con sus pares, es bueno que sepa que él es único y maravilloso así como es y que no es bueno que te obliguen a cambiar para ser aceptado. Hay muchos jóvenes que, por ejemplo, empiezan a fumar “porque todos los demás lo hacen”. Explícale que el hecho de que “todos lo hagan” no quiere decir que esté bien y que él también lo tenga que hacer.

No puedo escoger a los amigos de mi hijo por el simple hecho de que son sus amigos y no los míos. Si él los elige es porque con ellos comparte un mismo idioma, con ellos se identifica y no espero que lo mismo suceda conmigo. Como madre, yo acompaño y lo miro crecer segura de las raíces que le di. Que con sus alas elija su propio camino.