Tengo la suerte de tener tres hermanas y una cuñada que son muy cercanas a mí, y son las tías más dedicadas que puede haber (aunque también Lucas tiene tíos que son su fascinación). Mi mamá siempre ha dicho que ser tía antes de ser madre es un regalo mágico, porque el amor por los sobrinos es muy similar al que siente una madre por sus hijos, pero es también un regalo para nuestros hijos tener tías dedicadas que serán un apoyo durante toda su vida, esto lo pude comprobar desde que me embaracé.
Las tías: madres disfrazadas de amigas

Cuando le hablé por teléfono a una de mis hermanas para contarle que sería tía, se soltó llorando por la emoción; cuando Lucas era recién nacido mi cuñada venía a mi casa después de la escuela para estar con su sobrino; y otra de mis hermanas pudo fácilmente reprobar su semestre en la universidad con tantas ausencias que tenía por preferir estar con él. Reconozco en sus miradas hacia Lucas la misma devoción que yo siento por él—sé que serían capaces de mover cielo, mar y tierra por él.
Una tía tiene un rol clave que jugar en la crianza de los niños. Ellas son apoyo para nosotros como padres y para los sobrinos al mismo tiempo, nos ayudan a cuidarlos cuando tenemos compromisos, tienen la confianza y un punto de vista objetivo que les permite decirnos cuándo y cómo estamos equivocándonos; para sus sobrinos son las confidentes a quienes podrán contar aquello que a nosotros como padres no, pero con la ventaja de que les darán un consejo sensible. Son ejemplos de mujeres a los que nuestras hijas pueden aspirar y nuestros hijos admirar. Pero esta imagen de la tía joven, “cool”, cosmopolita y divertida no siempre ha sido así, cuando yo era niña (a pesar de que mis tías sí fueron cercanas y muchas veces mis confidentes) existía la imagen de una tía muy vieja que daba calcetines de regalo de Navidad en la única vez que se le veía en el año—esa tía no tenía ni idea de lo que pensaba la generación joven—pero tampoco le preocupaba saberlo. Las de ahora, en cambio, son segundas madres que están presentes en todos los aspectos de las vidas de sus sobrinos.
Muchas veces la importancia de su papel es ignorado, cuando pensamos en los apoyos para nosotros como padres normalmente pensamos en los abuelos, pero una tía puede ser una influencia importantísima en el desarrollo de un niño. En los últimos años, las compañías de marketing han volteado a ver a las tías como un segmento del mercado que antes estaba ignorado, ellas quieren consentir a sus sobrinos, de hecho muchas veces contribuyen a su educación o aportan a su mantenimiento de otras formas, especialmente si no tienen hijos propios. Ya existió una campaña dirigida a los tíos en Latinoamérica de la marca de juguetes Fisher Price. Este nuevo segmento del mercado es conocido como PANK (professional aunt no kids) habla de las tías mundanas y cool que aún no tienen hijos, puede ser que se vuelquen sobre sus sobrinos como una forma de postergar un poco su propia maternidad o que hayan decidido no tener hijos propios y concentrar todas sus atenciones en sus sobrinos, quienes se vuelven las estrellas de sus ojos.
Yo veo en cada una de las tías de mi hijo algo que quiero que él adopte…el sentido del humor, tener el ejemplo de una mujer profesional y exitosa, su calidad humana, intelectualidad, perseverancia… en fin—cada una tiene algo único que aportar que enriquecerá la vida de mis hijos.
Te invito a que involucres a tus hermanas y cuñadas en el proceso de crianza, ganarán cosas que ni te imaginas.









