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Juegos educativos para despertar el científico e investigador que hay en tu hijo

Confiésalo, ¿cuántos juguetes de los que trajeron Santa Claus o los Reyes Magos a tus hijos han acabado aparcados en un cajón después de las fiestas navideñas? Muchos, ¿verdad? Y es que al final los padres hemos de reconocer que ese entusiasmo con el que nuestros pequeños jugaban durante los primeros días de las vacaciones ha ido disminuyendo hasta rozar casi en el aburrimiento.

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La realidad es que los niños se acaban cansando de todo aquello que ya no satisface su insaciable curiosidad. Los juegos educativos se convierten, por tanto, en la mejor alternativa al juguete porque, además de divertir, fomentan la adquisición de nuevos aprendizajes.

¿Qué niño no disfruta experimentando con todo aquello que encuentra a su alrededor? Los niños son curiosos por naturaleza, pues lo desconocido les llama la atención y es su afán por descubrir y comprender el mundo que les rodea el motor que mueve sus deseos por aprender algo nuevo.

Seguro que alguna vez tu hijo te ha puesto en un aprieto al bombardearte con un sinfín de preguntas a las que quizás has respondido con algún titubeo: ¿Por qué calienta el Sol?, ¿por qué nos persigue la sombra?, ¿cómo se hace el papel?, etc.

Para dar respuesta a sus interrogantes puedes recurrir a juegos educativos relacionados con la ciencia, la naturaleza, la tecnología, la salud o la historia. Tienes dos opciones: comprarlos o crearlos tú misma.

Si prefieres comprar algún juego para que tu hijo investigue y experimente, te recomiendo la línea “Científicos” de Cefatoys. Sus juegos educativos son muy adecuados para acercar a los niños de forma segura al cocimiento de su entorno a través de juegos científicos y experimentos sobre botánica, química, astronomía, etc.

Si tu idea es crear los juegos por ti misma, basta con que dispongas de Internet y tengas a la mano material de reciclaje (cajas de cartón, botellas, telas). Pregunta a tu hijo sobre qué tema desea aprender mientras se divierte y manos a la obra.

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Aquí te facilito unos recursos que te van a resultar muy útiles:

  • “Muy Interesante Junior”. En este espacio encontrarás curiosidades sobre historia, el espacio, el mundo animal, temas relacionados con la salud, etc.
  • “ExperCiencia: experimentando ciencia”. Si lo que tu hijo desea es desvelar los secretos del mundo que le rodea, aquí encontrarás multitud de experimentos clasificados por temas (experimentos con agua, aire, alimentos, cartón, etc.) y por edades (desde los 3 años hasta los 12 años) que saciarán la curiosidad de tu hijo por conocer cómo se producen determinados fenómenos.
  • “FabriClan”. Seguro que aquí tu hijo hallará muchas respuestas a sus interrogantes si su interés está centrado en descubrir cómo funcionan determinadas máquinas, aparatos o vehículos, o cómo se fabrican algunos productos en concreto (mermeladas, chocolate, jabón, pegamento, etc.).

Una vez que hayas investigado y experimentado sobre un tema o fabricado algún producto, podrás reflejar en una cartulina de gran tamaño todo lo que han aprendido juntos. Para ello podrán hacer dibujos, pegar fotos, redactar alguna curiosidad, etc. Después presenten el trabajo a los familiares y anímenlos a que se involucren en nuevos proyectos.
Finalmente, para que demuestren a los demás cuánto han aprendido, te propongo que se diviertan con dos juegos que podrán conectar con sus “trabajos de investigación”:

1. Parchís. Utilicen el tablero de este juego para hacer una adaptación. Confeccionen tantas tarjetas como casillas aparezcan en el tablero del parchís y escriban sobre ellas una pregunta sobre sus temas. Si el tema es “Los tiburones”, las preguntas pueden ser: ¿dónde viven los tiburones?, ¿cuántas especies de tiburones conoces?, ¿de qué se alimentan?, etc. La mecánica del juego es la misma que la del Parchís tradicional pero con la diferencia de que hay preguntas que responder.

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2. La palabra o frase secreta. Escribe en una cartulina una frase o palabra relacionada con el tema que interesa a tu hijo. No olvides suprimir algunas consonantes y vocales. Dibuja al lado una flor con tantos pétalos como número de letras tenga la frase o la palabra. El juego consiste en que los jugadores, por turnos, vayan diciendo una consonante o vocal para ir completando el mensaje. Por cada error se va borrando un pétalo de la flor. Gana quien habiendo adivinado el mensaje, haya conservado el mayor número de pétalos.

Con estos juegos educativos vas a conseguir:

  • Estrechar vínculos afectivos con tu hijo.
  • Motivar y desarrollar su autoestima positivamente.
  • Favorecer la adquisición de aprendizajes prácticos para que pueda comprender el mundo que le rodea. Y todo esto mientras se divierte.
  • Desarrollar su creatividad, atención y memoria.
  • Estimular su pensamiento y la formación de ideas.
  • Ampliar su vocabulario y mejorar su competencia comunicativa.

¿Y a ti qué juegos educativos o ideas se te ocurren para que tu hijo aprenda mientras se divierte investigando o experimentando? Agradecemos que compartas tus ideas.