Según los expertos, denominamos la “generación del sándwich” al grupo de aquellas personas cuyas edades oscilan entre los 40 y 60 años en promedio, y que tienen a sus padres ancianos vivos (dependientes) y a la vez tienen hijos dependientes de ellos, ya sean éstos muy pequeños o que estén en la adolescencia.
Generación del sándwich: consejos para transitarla positivamente

Se llaman generación del sándwich porque viven con dos fuerzas opuestas que hacen presión a la vez (como las tapas de un sándwich). Por un lado, los padres que necesitan ayuda con sus diferentes problemas y por el otro lado, los hijos que demandan tiempo, atención y ayuda con sus problemas acordes a la edad evolutiva que estén atravesando. Entonces, ¿cómo lidiar con ambas responsabilidades a la vez?
Aquí te sugerimos algunas recomendaciones para poner en práctica:
Tener tus momentos de recreación: Es muy probable que el estrés comience a jaquear nuestras vidas al encontrarnos como parte de la generación del sándwich. Por eso, necesitamos organizar un momento de espacio propio (realizando alguna actividad preferida).
No olvidemos brindarle espacio al cuidado personal, hacernos chequeos periódicamente, alimentarnos bien y hacer ejercicio físico.
Repartir las tareas: Es importante poder hablar con el resto de los integrantes familiares y analizar qué funciones explícitas puede hacer cada uno. Esto evitará que ningún integrante sea sobrecargado, con varias funciones a la vez y planificará satisfactoriamente una rutina diaria para todos.
También podemos buscar recursos comunitarios, como niñeras o personal doméstico que puedan dar una mano en las tareas.
Planificar: Enumerar todas las tareas que hay que cumplir determinando cuáles podemos realizar y cuáles no. Porque al precisar qué podemos realizar y qué nos excede, estaremos organizándonos para tomar decisiones, pedir ayuda y transitar esta etapa positivamente.
Buscar ayuda profesional: Pedir ayuda profesional si notamos la presencia de señales tales como problemas de sueño, fatiga crónica, cambios de humor y aislamiento. O simplemente podemos elegir tener con quién hablar, para buscar apoyo emocional permitiéndonos bajar el agobio que tenemos en este proceso.
Saber decir NO: También debemos aprender a decir ¡NO!, porque no podemos agradarles a todos ni abarcar todo a la vez. A cada cuestión hay que dedicarle lo necesario, no más.
Para terminar este artículo me quedo con esta reflexión final: “Se debe considerar como una gran oportunidad, tener la bendición de ver a tus padres transitando la tercera edad y a tus hijos creciendo sanamente”.









